Cuentos Cheelexby [AU]

Cuento 3 "Experimentar"

Odiar los días así era fácil, parecían normales pero resulta que no eran nada normales y terminaban siendo aburridos por la monotonía.

Alex quería salir con sus amigos, como normalmente lo hace, pero Nolan tenía problemas con su padre y Rubius había quedado con otros amigos. Entonces estaba solo en el parque de siempre con su querida bicicleta.

Cheeto quería salir con Mangel, ya que es el amigo más cercano que tenía en el lugar, pero como siempre este dijo que no podía dándole excusas idiotas, cuando en verdad se quedaría en casa jugando como lo hacía siempre. Y por querer encontrar alguien con quien hablar terminó llegando al pequeño parque donde se juntaban sus amigos "extremos".

Alex estaba aburrido, quería escuchar esa música extraña que escuchaba su amiga, pasando por grupos populares, hasta rock indie o cosas peores, en idiomas que el nunca imaginó.

-No quiero soñar mil veces las mismas cosas –comenzó a cantar, en susurros- ni contemplarlas sabiamente –subió un poco su tono de voz.

-Quiero que me trates suavemente –alguien susurró lo que seguía en la canción muy cerca de el, dejando pasar una pequeña brisa por su cuello, bastante cerca de su oído, haciéndole estremecerse, soltando un pequeño jadeo- no sabía que te gustaba el rock latino –escuchó esa voz que no se movía de su lugar, sin dejar de estremecerlo.

-¿Qué haces por acá? –volteó quedando muy cerca del barbón detrás de él, jamás confundiría esa voz.

Estaban a escasos centímetros, sin querer alejarse quedando otra vez atrapados en los ojos del otro.

-Prefiero "De música ligera" –dijo entonces Cheeto sentando se al lado de Alex en el piso.

-No se los nombres de las canciones –confesó mirando el cielo.

-Esa canción que es –tomó un poco de aire para comenzar a cantar- Ella durmió al calor de las masas –comenzó a cantar, tratando de imitar la voz de Gustavo Cerati.

-¿Y yo desperté queriendo soñarla? –intentó seguir la canción, dudando de lo que decía.

-Si esa misma, que en el coro comienza –levantó un brazo, como en un concierto- ¡Y aquel amor de música ligera! –Alex rió por el casi grito, con emoción.

-Si –miró su bicicleta- ¿Qué haces por acá? –no le molestaba su presencia, pero se preguntaba que hacía por estos lugares.

-¿Si quieres me voy? –dijo molestando Cheeto, comenzando a pararse.

-No es eso –le sostuvo de su brazo, aferrándose a él- solo tengo curiosidad, no es normal que pases por acá.

-¿Te fijas en la gente que pasa para ver si me encuentras? –dijo en tono pícaro, dejando ver en Alex un sonrojo en sus mejillas.

-No –respondió apresurado en un susurro.

Cheeto solo sonrió, era adorable.

-Es un lindo día, así que quería salir con mis amigos, pero Mangel está encerrado jugando y mis otros amigos viven en Malaga –dijo con un reflejo e tristeza en sus ojos- así que pensé que los podría encontrar aquí, pero me parece extraño encontrarte solo ¿Qué pasó? –está vez Cheeto era quien preguntaba, la verdad es que le parecía extraño que Alex estuviera solo.

-Bueno, mis queridos amigos han decidido, o tener problemas, o juntarse con otras personas y yo con ganas de hacer algo –mira el cielo- pero ya está oscureciendo, era un buen día –hizo un pequeño puchero, quedando adorable a los ojos de Cheeto.