La mañana escolar vibraba con una energía electrizante. Había dejado a Beba en su edificio de clases, y ahora me dirigía al mío, sintiendo que cada paso era un eco de nuevas posibilidades. Era el primer día de mi último año en la universidad, un umbral hacia lo desconocido. La emoción y el miedo danzaban en mi pecho, una mezcla inconfundible que me hacía sentir viva. Este tenía que ser un gran año.
Me senté en mi primera clase, dispuesta a enfrentar el reto académico. Sin embargo, mi mente se desvió hacia Agustín, ese nombre que había dejado de ser un refugio y se había convertido en un recordatorio de dolor. La rabia burbujeaba en mi interior, pero la sensación de libertad al haberlo dejado atrás era un bálsamo.
De repente, una presencia a mi lado me hizo volver a la realidad. Un chico guapo, con una sonrisa que desarmaba, estaba sentado frente a mí. No podía evitar mirarlo, aunque sabía que solo lo vería esa vez.
La primera semana pasó volando. Beba y yo nos cruzamos varias veces, y un día me sugirió que fuéramos al café de la escuela a relajarnos. Acepté, emocionada. Allí estaba él de nuevo: el chico de la clase, solo y atrapado en sus pensamientos. Sus ojos claros se encontraron con los míos y, en un instante, el mundo se desvaneció.
—¿Quién es ese? —preguntó Beba, siguiendo mi mirada.
—No lo sé. Solo compartimos una clase —respondí, tratando de sonar despreocupada, pero mi corazón traicionaba mi calma.
—Vamos a conocerlo —decidió Beba con determinación, y antes de que pudiera protestar, ya estábamos en su mesa.
—Hola, soy Sian —dijo, sonriendo con esa confianza que me hizo olvidar por un momento mis inseguridades.
—Hola, Gala —logré responder, sintiendo que el mundo se encogía a mi alrededor.
La conversación fluyó, y Sian resultó ser divertido y encantador. Cuando tuvo que irse, me dejó con la promesa de volver a vernos.
—¿Podríamos vernos en otro momento? —preguntó, su mirada atrapándome.
—Me encantaría —sonreí, pero por dentro un torrente de nervios me sacudía.
El viernes, después de la clase de psicopatología, lo vi esperándome. Mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba.
—¿Puedo acompañarte a tu siguiente clase? —su voz era como un suave susurro, llenando el aire entre nosotros.
—Claro —respondí, guiándolo hacia el aula.
Nuestra charla era tan natural que casi olvidé el nudo en mi estómago. Cuando llegó el momento de intercambiar números, me sentí como si el universo conspirara a nuestro favor.
Al día siguiente, Sian me llamó. La emoción burbujeaba en mí, mezclada con una ansiedad deliciosa. Quedamos en un café, y al verlo allí, cerca de la ventana, una sonrisa se dibujó en mi rostro.
—Hola —dijo, dándome un beso en la mejilla—. Estás preciosa.
El calor de su mirada me hizo sonrojar mientras pedíamos café. La conexión entre nosotros era innegable; con él, todo era más fácil.
La tarde transcurrió entre risas y confidencias, y al despedirnos, mi corazón latía a mil por hora.
—La verdad es que espero con ansias volver a verte —dijo, y por un momento el mundo se detuvo.
Cuando llegué a casa, no pude evitar compartir la emoción con Beba y Orlando en nuestro grupo de WhatsApp.
Gala: Ya llegué.
Beba: ¿Cómo te fue?
Orlando: ¿De qué hablan?
Beba: ¡Mi amiga salió con un chico nuevo!
De repente, recibí una notificación de una llamada grupal.
—¡Quiero saber todos los chismes! —exclamó Orlando—. ¿Cómo que estás saliendo con un chico nuevo?
—No estamos saliendo, solo fuimos a tomar un café —aclaré.
—¡Eso es lo que dicen las personas que sí están saliendo! —dijo Beba, haciendo reír a Orlando.
—Bueno, puede que sí me guste un poco —admití, sintiendo cómo las mejillas se me calentaban.
—¡Gala, es un chico! —replicó Beba—. Si hablas fácil con él, es que te gusta.
El buen humor nos rodeó durante casi una hora, hasta que el tema cambió abruptamente. Vi un mensaje en mi celular, de un número desconocido.
"Te extraño. Soy Agustín. Necesitamos hablar."
El aire se volvió denso y mi corazón se detuvo. ¿Qué quería de mí ahora?
________________________________________
Hola! Cómo están el día de hoy?
Les traigo un nuevo capítulo. Con gusto leo alguna sugerencia y no coman ansías, Karime pronto aparecerá en la historia
Adiós! ✌🏻
ESTÁS LEYENDO
Never Let Me Go
Ficção AdolescenteConoce a Gala, una joven atrapada en un torbellino de emociones después de una ruptura dolorosa. Su vida da un giro con Karime, enigmática y apasionada. ¿Podrá Gala encontrar su verdadero yo y superar sus miedos para amar de nuevo? ¿O sucumbirá al m...