4 - Traición.

1.1K 146 37
                                    

Observó, ligeramente embelesado, el cuerpo que descansaba boca arriba sobre la cama, apenas cubierto por una suave sábana que apenas rozaba la piel bronceada de quien había sido su Omega

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Observó, ligeramente embelesado, el cuerpo que descansaba boca arriba sobre la cama, apenas cubierto por una suave sábana que apenas rozaba la piel bronceada de quien había sido su Omega. Un suspiro escapó de sus labios ahora que su mente estaba despejada de las emociones que lo habían dominado momentos antes. Cuando Lewis tocó a la puerta y pidió hablar con él, nunca imaginó que cedería tan fácilmente ante el magnetismo del hombre que una vez fue su compañero.

Tragó saliva, sintiendo una ola de repulsión hacia sí mismo. Estaba casado, tenía un hijo... e incluso un amante. No podía agregar otro nombre a esa lista. Sabía que, si Max se enteraba de lo que había pasado entre esas paredes, sería capaz de enfrentarlo sin piedad; probablemente lo castraría sin dudar.

Con un suspiro tembloroso, se levantó de la cama, dejando a Lewis dormir tranquilamente. La necesidad de despejarse lo llevó al balcón, donde encendió un cigarrillo, buscando aliviar la tormenta que se arremolinaba en su interior.

Mientras se perdía en la quietud de la noche, su teléfono vibraba insistentemente sobre la mesa. La pantalla iluminada revelaba una llamada entrante de Max, la cual pasó desapercibida para él en su desesperado intento de alejarse de los sentimientos que lo carcomían. Pobre Sergio y su eterna debilidad ante Lewis Hamilton.

Habían compartido casi dos años relación antes de comprometerse, y fue Checo quien, seguro de su amor, tomó la iniciativa de pedirle matrimonio a su Omega

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Habían compartido casi dos años relación antes de comprometerse, y fue Checo quien, seguro de su amor, tomó la iniciativa de pedirle matrimonio a su Omega. Estaba completamente decidido a pasar el resto de su vida al lado de ese hombre de piel morena que había conquistado su corazón y su alma.

El día de la ceremonia debía ser la culminación de ese sueño. Habían planeado algo íntimo y reservado, a petición de Lewis, quien prefería mantener su relación alejada del escrutinio de los medios. Solo unos cuantos familiares y amigos muy cercanos estaban presentes, todos sabían que era un secreto precioso y privado.

En el altar, Checo esperaba. Su sonrisa brillaba como nunca, y sus ojos reflejaban un amor tan intenso que parecía iluminar todo el salón. Cualquiera que lo mirara en ese momento podía ver lo profundamente enamorado que estaba. El aroma que desprendía era pura felicidad; todo en él mostraba que su corazón estaba rebosante de dicha, expectante y emocionado.

Dulce AmbrosiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora