«Castigo - 07»

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Estabas tirada en tu cama, no podías salir de tu casa, ni de tu cuarto, ni ir a la escuela y ahora que tus papás sabían que en vez de hacer tarea con Nicolás ibas a malabarear decidieron no dejarte ir más a ningún lugar a menos que fueran ellos.

Miraste el techo de tu cuarto, hasta pensaste en hacer malabares, pero te habían quitado tus pelotas.

Tenías esas ganas de soltar un grito y llorar de la rabia. Porque por una parte le hechabas la culpa a Marcos, porque él abrió la boca de más, pero a la vez no le hechabas la culpa porque él trato de rogarles a tus padres.

Sentiste un ruido en tu ventana, te sobresaltaste y te sentaste en tu cama de un tirón. Dista una rápida mirada a la ventana, abriste las cortinas y chillaste al ver a Marcos. Esté se hizo una seña de que te calles y te topaste la boca, luego te señaló la ventana para que la abrieras y la abriste con cuidado.

- ¿Que verga haces aqu-

- Basta de preguntar sobre que hago aquí.

- No tienes que estar aquí.

- ¿Estas castiga?.

- Si, ¿Por?.

- Porque no has estado ni yendo a practicar, y tambien porque Nicolás dice que no estás yendo a la escuela.

- Bueno, estoy castigada como...una semana.

- ¿¡Qué!?.

Viste la sorpresa en la cara de Marcos y como esté dejo caer su mochila, de su mochila salieron algunos maquillajes.

- ¿Que es eso?.

Te agachaste y agarraste los maquillajes, los miraste y los metiste en la mochila, levantaste la mochila y se la tendiste.

- S-Solo es...maquillaje.

- ¿Te maquillas?.

- Si- no, digo...Es maquillaje para payaso.

- Ah, ¿Ya estás practicando?.

- _____, entiende que...ya este año voy a cumplir 18 y ni siquiera tengo trabajo, no soy el mejor en la escuela y...no quiero hacer los trabajos de siempre.

- ¿Pero estás seguro de que quieres ser payaso?.

-...

Tal vez tu pregunto lo dejo muy pensativo porque se quedó callado y miraba un punto fijo en el suelo. Y hablo.

- Si...No...no quiero esto...Enrealidad queria estar en un circo, ser un artista, un GRAN artista de circo, no un...payaso...

Te diste cuenta de que era sincero y tu pregunta hizo que pensara otra vez todo. Abriste tu boca para hablar, pero te interrumpio.

- Pero es lo mas cercano a un circo.

- Nunca crei que...

- ¿Que no queria ser payaso? No es tan importante.

- Para mi si lo es.

-...

- Pues debes estar feliz con tu eleccion.

Marcos te miro y agarre su mochila, sacandotela de las manos con cuidado. Esté se sento en tu cama y suspiro con frustracion.

- Si, tienes razon, pero sere feliz asi.

- Te acompañare en...este camino.

Marcos te miro sorprendido y titubeo una pequeña sonrisa.

- ¿De verdad?.

- Si, ¿no somos amigos?.

Marcos rio risueño y desvio la mirada, se veia con un toque de felicidad y esperanza. Él te señalo amenazante y con una sonrisita.

- Prometelo, animal.

- Ja, ja, ja, ja, si, si, lo prometo...cabron.

Carcajeaste. El momento era relajante entre ustedes, ya no existia esa tension y incomodidad que siempre habia.

Te sentaste a su lado y le diste un empujon con tu hombro, le sonreiste.

- Eres feo.

- Mira quien hablo. Tu pareces un nahuel atropeyado.

Ambos carcajearon divertidos. Tal vez esa era su forma de socializar, ser malhablados, o solo ser como son ustedes en realidad. Tal vez soltar todo lo malo, olvidarse del dolor y ver el lado bueno de ese momento.

...

Te estabas burlando de Marcos, ya que lo estabas maquillando y el bufaba porque no le prestabas el espejo para verse.

Marcos estiraba su mano hacia ti y hablo.

- Dame el espejo, quiero verme.

- No.

Marcos bufo, parecía un niño pequeño haciendo un berrinche. Asique solo se desplomó en la cama.

Tu sacaste de un cajón una vincha azul, te acercaste a él y te sentaste a su lado.

- Ponte derecho.

- ¿Para?.

- Tu no preguntes.

Te obedeció y se puso recto, cerró los ojos, y tú le pasaste la vincha por el pelo hasta la frente, haciendo que su pelo no esté tanto en su cara.(Foto del principio)

Le quedaba bien, y el maquillaje también.

- Pero que lindo payaso.

Bromeaste con ironía y diversión. Aunque enrealidad si le quedaba bien el maquillaje. Le diste un leve picoton en la nariz y reíste.

- No te burles.

- No me burlo. Ah, te falta el labial. Vente.

Sacaste de la mochila de él un pintalabios cereza, quitaste la tapa y giraste el tubito haciendo que el labial salga.

Marcos te miro y llevo su cabeza hacia tu mano extendida, colocando su mentón en tu palma. Sus ojos miraban los tuyos, parecía un cachorro.
Acercaste el labial a sus labios y pasaste lentamente el labial por su labio inferior, ya que el superior no lo pintaron.

Sentías los nervios a mil, ese momento era raro, pero relajante, sentías su mirada en ti, mientras tú mirabas sus labios.

Y en eso, Marcos se acercó un poco más a tu cara, mientras tú seguías pasando el labial. Se acercó más y dejaste de pasar el labial, se miraron a los ojos y...pasaría que se iban a besar, porque él aumento la cercanía hasta suspirar contra tus labios. Y cuando estaban apunto de besarse se escucharon unos golpeteos en la puerta y ambos dispararon, alejándose del otro.

El corazón te iba a mil, estabas agitada y nerviosa. Hasta que oíste la voz de tu madre, Elisa.

- _____, mija, te traje algunas frutas y agua, hace mucho calor.

Sentiste un escalofrío recorriendote la espina dorsal, miraste a Marcos y lo agarraste de la mano, lo tiraste por la ventana. Que buena idea, ¿No?. Y se escuchó la caída de Marcos contra el césped fuera de tu ventana.

Déjame curar tu niño interior || Patitas K RolloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora