Capítulo 16: Conociendo más parientes

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Narra Wolf

Sí, sé que ahora soy como el novio de Fox y que debo mimarlo y todo, pero... ¿Por qué tenía que decirle de lo nuestro a la menos indicada?

Sí, esa Krystal está loca y se le das esa clase de información a alguien así, será un dolor de cabeza constante. Por eso, mandé casi a la mierda a Fox cuando me quiso saludar de una forma cariñosa frente a Krystal.

Además, me da algo de vergüenza que sepan de lo nuestro, sabrán que me hice gay y, lo peor, es que ese fue Fox el que lo logró, qué vergüenza.

Bueno, pero eso solo fue ese día... y las siguientes semanas después de nuestro regreso. Le tuve que dejar bien en claro a Fox que no hablara de esto con nadie, es más, con nadie podía hablar.

Estos días le he pedido que se presente en horas en las que casi nadie está para controlar con quien habla. Que, aunque suene raro, no me gusta cuando lo veo hablar con otros.

Con las mujeres me da igual ya que creo que le tiene algo de fobia a sus donas; por algo es gay el zorro.

Pero cuando habla con otros machos, sé que esos pendejos solo quieren cogérselo y, solo yo haré eso, aunque sea solo para marcarlo como mi propiedad. Más ese Panther que, desde que volvimos, no deja de indagar sobre un rumor que corría por las oficinas. Pinche Krystal.

- Wolf: Debería pedir un examen psicológico para los nuevos aspirantes a entrar a mi empresa - Solté mi comentario.

En fin, hoy Fox y yo íbamos a pasar un tiempo juntos en el centro comercial, lejos de la oficina claro, y él tendría que vestirse de una manera rara; con gorra de beisbol y lentes de sol. Funcionan mejor de lo que uno cree.

- Wolf: ¿Qué te gustaría hacer? - Le pregunté, evitando casi cualquier contacto y/o muestra de cariño.

- Fox: No me molestaría un rico helado - Decía con una sonrisa.

- Wolf: Jeje, vale. Todo por ti zorrito - Dije tiernamente.

Sí, lo sé, hipocresía. No me juzguen... guarden esa mala actitud para otro.

Caminamos por el centro comercial y, cuando entramos a un puesto de helados, supuse que debía ser broma del destino.

- Oso polar: Buenas, buenas. ¿Qué van a llevar el día de hoy? - Preguntó alegremente y luego se percató de quienes éramos - Ah, tú de nuevo.

- Wolf: Lo mismo digo - Dije sin muchos ánimos.

- Fox: Ay, hola señor. Qué casualidad verlo por aquí - Dijo con alegría.

- Oso polar: Hola chico. ¿Cuánto tiempo sin vernos?

- Fox: Veo que le ha ido bien.

- Oso polar: No me quejo. Tuve tantas buenas ventas en mi carrito que me di la oportunidad de abrir un negocio para luego convertirlo en un imperio.

- Fox: Sé que lo logrará - Decía con una tierna sonrisa.

Una sonrisa que no era para mí. La verdad, no me estaba cayendo nada bien que hablara de más con ese maldito oso, solo quería darle su helado y largarme de ese changarro.

- Oso polar: Gracias chico. Dime... ¿Vainilla y galleta como la otra vez?

- Wolf: Yo paso, por esta ocasión - Dije, guardándome todo tipo de comentario malo.

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