Dante
He buscado por todos los putos basureros de la ciudad y no hay ni rastros de Anabela.
No sé qué me pasa, algo dentro de mí me dice que está viva.
Pero ya la busqué por todos los hospitales y morgues, pero no hay rastro de ella.
Cada noche recuerdo a Anabela. Recuerdo su aroma, su linda piel, sus ojos y su sonrisa.
Todas las noches tengo esos mismos sueños; pensé que se irían, pero no siguen y siguen.
He matado a muchas personas y nunca había tenido esto antes, y con ella es diferente.
Suelo despertar sudando en las noches; no sé qué me pasa.
Comienzo a creer más y más en que sí me enamore de ella.
Pero tengo otro problema: mi madre está encima de mí; desde hace unas semanas se la pasa marcándome; me pregunta por Anabela y siempre ignoro sus palabras.
Pero sé que en cualquier momento va a venir; sé que intentará matarme cuando se entere.
—¿Por qué sigues haciendo esto? —me interroga Mateo sacándome de mis pensamientos.
—¿A qué te refieres? —le preguntó.
—¿Por qué sigues buscando a Anabela si cuando estuvo aquí no te importó? —me dice Mateo.
—¿Por qué siento que te gusta mi niña?
—Te diré la verdad, ya que ella no está más con nosotros. Ella siempre me gustó; yo le ayudé más de lo que le ayudaste tú —me revela.
—¿Qué mierda estás hablando? ¿Y por qué te fijaste en mi mujer? —le recriminó.
—Cuando tú la vendiste al club de Abdel, yo le pagué un mes entero para que ella no tuviera que estarse metiendo con hombres y si ella me gustó, pero ella ya no está en este mundo, así que ni te enojes, pero desafortunadamente ella te amaba a ti; respete su decisión —me dice.
—¿¡Por qué hiciste eso!? Y ella no me ama sino porque ya no está —le grito.
—¿Por qué te molesta que te diga la verdad y cómo mierdas piensas que, este si la metiste al infierno, fueron tus errores perderla; ella te dio todo? —vocifera Mateo.
Estoy a punto de contestarle cuando escucho que la puerta se abre. Es mi madre.
—Hola hijo, hola Mateo —nos saluda mi madre a los dos.
—Hola, señora Martha —responde Mateo, muy sonriente.
—¿Dónde está Anabela? ¿Y por qué carajos está esa mujer de nuevo aquí? —Grita mi madre molesta.
Los dos se me quedan viéndome a mí muy atentamente.
—Dile, hijo de puta, ¿qué pasó? —me descubre Mateo y mi madre me mira con más odio.
—¿Qué hiciste ahora, hijo de perra? —alza la voz mi madre.
—No son tus asuntos, madre —le digo.
—¿Qué le hiciste a esa niña? —vuelve a repetir mi madre molesta.
—Hice lo necesario para obtener venganza y la mujer que dices es mi prometida —le digo a mi madre.
—¿Dime qué hiciste? —me grita mi madre.
Me quedó callado; nunca me ha gustado decir mis asuntos personales a mi madre.
—No se preocupe, señora Martha, yo le diré que hizo —dice Mateo y se acerca a mi madre.
—Hice que la violaran, la golpearan, la torturaran y por último la vendí al club de Abdel —declaro antes de que Mateo le diga.
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Eres mi venganza y mi perdición
RomanceAVISO LA NOVELA TIENE CAPÍTULOS FUERTES PERSONAS SENSIBLES ABSTÉNGANSE DE LEERLA. PERO SI OPTAN POR LEERLA LES RECOMIENDO DISCRECIÓN Y SE AHORREN SUS MALOS COMENTARIOS. GRACIAS.... Mi nombres es Anabela Accardi soy la hija de un mafioso, pero mi pad...