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Holi, cara de mazapán :>
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El silencio de la gran sala se veía opacado por el goteo del agua que se infiltraba entre las pequeñas fisuras de las murallas que les mantenía presos y sin posibilidad de ver la luz del sol. Las ásperas paredes del pequeño cubo donde le habían encerrado golpeaba su espalda dada la cercanía.

Su mirada estaba baja, con el ceño fruncido y aparentemente frustrada por todo lo que estaba sucediendo en el mundo exterior. Al desconocer la situación de sus compañeros y sus posibles intenciones de querer salvarla le generaba una incertidumbre tremenda, no solo eso, desde hace un rato sentía un mal augurio lo que la dejaba más inquieta de lo que estaba.

Suspiro y por fin levantó la vista, sólo divisó oscuridad acompañado de aquel tortuoso goteo insidioso. Sus pupilas rasgadas al oír como las puertas que daban a la sala eran abiertas lentamente: Era un rechinar molesto cómo tétrico.

Pasos lentos, fuertes y firmes se dirigieron hasta su celda, dónde, desde el exterior de esta una mujer sumamente bella y encapuchada le miró con cierta indiferencia antes de acercarse lo suficiente para poder susurrarle algo que le puso la piel de Gallina.

Él está Aquí...





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Condenada
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Del primer hasta el cuarto piso de Impel Down habían sido burlados de forma humillante por el Mugiwara que nomás no se detenía, o al menos hasta este punto de su partida donde ya no podía más con sí mismo, tan grave estaba que su compañero, Bon Clay, le tenía que llevar en un trineo improvisado.

- No puede ser... ¡El veneno no deja de expandirse!, ¡Está muy mal!. ¡Por favor, Sombrerito, no mueras!. - Su desesperación estaba impregnada en su tono de voz e incluso en cada sección de su rostro maltratado.

Estuvo durante un rato así, tirando del vehículo de madera hasta que sus piernas empezaron a ceder al cansancio naciente de hace cuatro pisos atrás. Cómo resultado, cayó de cara contra el suelo nevado.

Se quejó contra la nieve y de forma desesperada se intentó poner de pie aún si sus huesos crujían con cada centímetro que se movía, de rodillas fue la única postura que pudo adoptar y no era opción quedarse de esa manera, mucho menos cuando estaban siendo rodeados por una manada de lobos hambrientos.

- ¡Tsk!, ¡Lo que faltaba!. - Murmuró tembloroso, se puso de pie con todas sus fuerzas y se posicionó justamente para pelear.

Respiro de forma agitada y rápidamente dió media vuelta, en el proceso lanzó un golpe que acertó de lleno contra uno de los lobos el cual tenía intenciones de morder al moribundo Mugiwara.

- ¡Déjenlo en paz, vengan por mí no por él!.- Todo miedo pareció abandonar su cuerpo y se vio forzado a seguir atacando pues los caninos seguían lanzándose tanto a él cómo al azabache.

Detrás y adelante, por todos lados llegaban las mordidas y los zarpazos. En una mala pisada, Bon Clay cayó al suelo, una situación de vulnerabilidad que no desaprovecharon los cazadores.

- ¡Aaaargh!. ¡Maldición!.- Se quejo al sentir como sus afiladas garras y colmillos se enganchaban en cada extremidad de su cuerpo, intentó moverse pero fue rápidamente sometido contra el suelo gracias al peso de los animales.

Sus pantalones fueron rasgados y junto a ello largos cortes le siguieron, la sangre no tardó en fluir por sus heridas siendo suficiente para alejar a los demás lobos de la posición de Luffy.

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⏰ Última actualización: Nov 05 ⏰

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