Era sábado ya, las chicas y yo desayunamos y después cada una se fue a su casa. Yo salí a acompañar a Naoki que no vivía muy lejos de mi piso y ya aproveché para hacer un poco de ejercicio. Iba por el "Phoenix Park" cuando un golden retriever se me acerca.

—Hola precioso, ¿te has perdido? —dije con voz aguda mientras lo acariciaba y miraba por todo el parque—. Tienes collar y una pelota, ¿dónde estará tu dueño?

No pasó más de dos minutos cuando un hombre se acercó corriendo hacia nosotros.

—¡Qué susto me has dado Zeus!

—Lo siento mucho, he visto que es amigable y me he puesto a jugar con él —dije mientras seguía acariciándolo—.

—Cuando le gusta algo sale disparado y no le importa nada más —comentó mientras intentaba recuperar el aliento—. Perdón, he llegado corriendo y ni me he presentado, me llamo Harry.

Vi que se acercaba y se agachaba, yo siendo italiana y acostumbrada a mis raíces le iba a dar dos besos, de esto que veo la mano, creo que nunca me voy a familiarizar con esto. 

—Perdón, todavía no me he acostumbrado a esto—dije mientras le daba la mano—. Soy Arabella por cierto.

—No entiendo, ¿a qué no te has acostumbrado?

—A saludar con la mano, de donde vengo solemos saludar con dos besos y un abrazo.

—¿Incluso con desconocidos?

—Claro.

—¡Vaya! Tenía que haberte seguido el saludo.

—No te preocupes, sé que aquí esto no es normal—dije riendo—.

—Por cierto, ¿de dónde eres? Si no te incomoda decírmelo, por supuesto.

—Claro, no me importa, soy italiana.

—Amo Italia, he estado en Roma, Milán, Venecia y Turín, y la verdad es que tengo ganas de volver y visitar más pueblos y ciudades.

—¿Sí? Me alegro de que tengas un buen recuerdo de mi país.

—¿Y qué te ha llevado aquí?

—Pues estoy trabajando como dependienta y pastelera en la cafetería de la Universidad de la Trinidad.

—¿Enserio? Yo soy profesor allí y he ido muchas veces a la cafetería, ¿llevas mucho tiempo?

—¿Eres profesor? Llevo solo un par de semanas.

—Sí, doy farmacología a los estudiantes de farmacia y medicina por las mañanas, y alguna tarde trabajo en mi farmacia.

—¡Qué sorpresa! No me lo esperaba para nada, la verdad. Pareces más un estudiante que un profesor.

—Muchas gracias, eso significa que soy joven todavía. Perdón que me vuelva a meter en tu privacidad, pero, ¿estás estudiando algo?

—Sí, en septiembre empiezo mi último año de arquitectura.

—¿Y qué te ha traído por aquí? Porque de Italia a Dublín hay muchos kilómetros y más en verano con el buen tiempo que hace allá.

—Pues quería cambiar un poco de aires, mejorar el inglés y bueno, aunque en Italia haga mejor tiempo, aquí se gana mucho más dinero.

—En eso sí te doy la razón.

La verdad es que parecía una persona bastante agradable, pero no quería comentarle más cosas de mi vida privada, y para no parecer grosera me inventé que había quedado con una amiga y se me hacía tarde.

—Bueno, supongo que nos veremos más seguido. Hasta luego Arabella.

—Hasta luego.

Iba de camino a casa cuando Naoki y Gloria escribieron por el grupo para ver si había llegado a casa, les mandé un audio comentándoles todo lo que había pasado. Quedaba poco para llegar al piso cuando de lejos vi a Harry y a Zeus bajar de un coche e inmediatamente entrar a una casa. Nota mental: evitar todo lo posible esta calle. Puedo sonar maleducada, pero no me da confianza hablar con un hombre más mayor que yo y más de mi vida personal, y como sé que si me lo vuelvo a encontrar me va a parar de nuevo, prefiero evitar esta calle.




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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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