Después de vencer y encerrar a las Trix otra vez, las Winx se toman unas merecidas vacaciones con los especialistas excepto por Flora, pero talvez está casualidad lo cambié todo y algo nuevo se habrá ante sus ojos.
El corazón es débil, y las emocion...
- Se que puedes volar por tu cuenta, pero no puedes hacerlo con libertad a menos que mi abuela te reconozca como alguien confiable. - suspira con cansancio.
- ¿Por qué llegar tan lejos?
- Hace tiempo, por dejar la entrada libre, tengo entendido que se robaron casi todos los tesoros qué ayudarían a la supervivencia de las Fairys, eso y que cientos de criaturas como serpientes e insectos muy peligrosos qué sólo querían consumir otros seres - se pierde entre sus pensamientos. - En ese entonces, mi abuelita era solo una pequeña niña en entrenamiento qué estaba de visita, se encontró de llenó con la masacre, pero el terror qué sentía no le impidió luchar por la seguridad de los Fairys. - Al aterrizar en el suelo y salir por otro agujero más pequeño, comienzan a caminar. - Fue una de las guerras más sangrientas por las que paso nuestra familia.
- ¿Por cuánto tiempo? - En su cabeza no entraba la posibilidad de que un mundo tan hermoso pasará por aquello.
En eso se escucharon unos pasos y unos saludos llenos de admiración por todos lados, entonces alguien se posiciono cerca de Armin y Flora qué estaban lo suficiente distraídos para no percatarse del cambio de ambiente.
- Luché por la seguridad de los Fairys por alrededor de un año, día y noche sin descanso, con apenas dos hora de sueño, a mis once años ya estaba en la guerra más brutal qué pude imaginar. - sonaba un poco apagada. - Y a mis doce ya me estaban preparando para subirme al trono en este pequeño reino del qué sólo quedaban cenizas de lo que una vez fue.
- Saludos reina madre. - Toda la familia hace una reverencia.
- No es necesario tantas formalidades - posa su vista sobre la morena. - Tú debés de ser Flora ¿no?
- Abuela...
- silencio Armin. - Camina alrededor de ella como un cazador acechando a su presa. - Un hada de esas ¿eh?
La presión qué sentía Flora era abrumadora, de verdad sentía que un depredador la estaba analizando, sentir el terror en cada una de sus células no era broma, ni una locura en absoluto.
- Entiendo porque Gaia te eligió, pero no sé si puedas soportar la pureza del numen corriendo por tus venas. - pone un dedo sobre su frente, comenzando a investigar lo que este a su alcance. - Interesante, muy interesante.
- ¡Ya basta! - se interpone, protegiendo a Flora.
- Tranquilo pequeño bribón, solo quería asegurarme de que no sea un peligro, no vi nada de su vida, solo de su corazón y linaje - se quita la máscara qué llevaba, por fin dejando ver su apariencia después de tanto tiempo. - Es divertido verte tan a la defensiva pequeño príncipe, pero estate quieto pequeña fiera, que jamás lastimaría a tu compañera de vida.
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- No la vuelvas a tocar sin su consentimiento - sus ojos cambian por completo.
- Oh, ya tienes los ojos de demonio bien desarrollados. - Comenta emocionada. - No veía esos ojos desde tu madre.
- Mamá, deja a mi hijo en paz.
- Vale, vale, los dejaré en paz, pero primero. - Se muerde el dedo hasta sangrar, dejando caer una gota en un cáliz con un polvillo violeta azulado en su interior y agrego rocío de una flor de la zona. - Bebe ésto y dejarás de sentir esas restricciones invisibles en tu cuerpo, disculpa no puedo arriesgar a mi gente, eso incluye no confiar en cualquier forastero o visitante temporal.
- Está bien, lo entiendo, no hay porque disculparse - cuando agarra el brazo de Armin, nota como este se relaja casi de inmediato. - Gracias por la oportunidad - al beber la sustancia sintió su cuerpo mucho más ligero y cuando dejaron caer polvillo sobre ella algo se fue desplegando de su espalda, fue doloroso al principio, pero después de un rato dejo de doler y al voltearse vió unas alas translúcidas como cristal.
- Esas alas son tu pase de reconocimiento a cualquier mundo en miniatura. - extiende sus alas, comenzando a mostrarle todo ese mundo. - ¿Ya has visto las alas de mi nieto?
- Sí.
- No me refiera a las alas translúcidas qué tienen todos, si no a sus alas como hada qué tiene.
- ¿Tiene otras alas?
- ¿Nunca haz visto un hada varón? - No puede evitar sorprenderse.
- De dónde vengo no es muy común, hay más hadas femeninas. - Ve con curiosidad al chico a unos metros de ella.
- Pues pronto lo verás, pero será afuera del gran árbol elfico, las Fairys son un poco cautelosas con los forasteros los primeros días - pasan por molinos de polvillo en diferentes colores. - El polvillo plateado es lo que nos permite volar con estas alas translúcidas, el naranja nos permite cuidar a las plantas, el celeste mover el agua, el amarillo o dorado controlar la luz y así sucesivamente. - señala varias ubicaciones. - Nuestras hadas guerreras se encargan de salir al exterior a cazar y conseguir alimento, las domadoras, domestican a varios animalitos para usarlos de montura. - Ven a un hada lanzando flechas desde el lomo de una ardilla. - Hay diferentes hadas por estación, la mitad de nuestros habitantes nacen por el primer recuerdo feliz de cualquier ser vivo, mientras que la otra mitad nacen de forma natural o también están las nacidas de gotas de agua y cosas así.
- ¿No es demasiado para ti, memorizar tantas cosas?
- Después de gobernar durante más de 25 años, llegas a acostumbrarte. - se encoge de hombros con una gran sonrisa. - Ninguna criatura es capaz de vernos, a menos que le tiremos polvillo al rostro.
- Son un poco diferentes a lo que imaginaba.
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- Armin acaba de salir, talvez fue a revisar las defensas ¿Por qué no lo acompañas? - sonríe complice. - Puede que te guste lo que descubras a solas con él - le regala una mirada pícara.
- No, no se de que habla. - Vuela con cierta dificultad de regreso a la entrada. - ¿Lucían? ¡Lucían!
Cuando sale y vuela a la copa de un árbol floreado, se queda sin aliento al ver a Armin sentado sobre una flor, con un aspecto totalmente distinto al qué suele estar acostumbrada a ver.
Es guapo. Cuando pensó en voz alta, se escondió de inmediato, tratando de no hacer ruido, no quería que Armin se burlara de ella otra vez, pero no podía quitarle los ojos de encima. Solo que como no hacerlo si el pelinegro estaba sin camisa, haciendo más difícil el apartar la mirada de él.
Y también en ese momento cuando vio la sonrisa del chico, recordó qué podía escuchar lo que pensaba en cualquier momento, eso hizo más difícil la situación.
