CAPÍTULO 1

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—Tengo un problema.

Esa no era la forma en la que Taehyung había querido empezar su excesivamente madrugadora mañana del lunes, con Hye, ronca y congestionada, al otro lado del teléfono. Ambos trabajaban como asistentes personales para la misma agencia de trabajo temporal, y tenía el presentimiento de que sabía qué rumbo tomaría la conversación.

—¿Te refieres a que pareces un crossover entre Bonnie Tyler y un pitufo? —contestó.

—¿Quién? —dijo Hye.

—Por Dios Santo, chica, tienes que conocer a los clásicos. ¿Bonnie Tyler? ¿Total Eclipse of the Heart?

—¿Podemos dejar la lección de cultura popular para otro momento y centrarnos en mi problema?

—Estás enferma, asumo —dijo Taehyung.

—Sí —dijo ella—. En sí mismo solo es molesto, no es un gran drama, pero el jueves pasado empecé un trabajo nuevo y no puedo pedir una baja por enfermedad hoy.

—¿Por qué no? Lo único que tiene que hacer Sohee es oírte hablar y sabrá que estás diciendo la verdad.

Sohee, la directora de la agencia que los empleaba, era dura, pero Taehyung no la consideraba poco razonable.

—No lo entiendes —dijo Hye—. Cuando acepté este trabajo firmé una cláusula aceptando que no solicitaría una baja por enfermedad ni estaría ausente durante las primeras cuatro semanas. Sohee dijo que de no ser así perdería el contrato.

Taehyung frunció el ceño. —Eso no tiene sentido. ¿Por qué alguien perdería un contrato por estar enfermo?

—No lo sé, pero lo firmé. Y Sohee me dijo que si aguantaba cuatro semanas conseguiría la madre de todos los bonos.

—¿Si aguantabas cuatro semanas? Eso suena ligeramente ominoso.

Hye se aclaró la garganta y luego estalló en un ataque de tos tan intenso que pareció que iba a soltar un pulmón. Taehyung alejó el teléfono de su oído. No necesitaba una relación tan íntima y personal con ese ruido.

—No es un tipo con el que sea fácil trabajar —dijo Hye cuando recuperó el aliento.

—Tu nuevo jefe, asumo.

—Sí. Es una especie de insoportable gruñón, pero nada que no pueda manejar. —Hizo una pausa. —O tú.

¿O él? ¿Qué estaba sugiriendo? —¿Por qué tendría que manejarlo yo? —dijo Taehyung.

—Porque te estoy rogando que hoy vayas allí en mi lugar —suplicó ella—. Y probablemente mañana también.

—Joder, no.

Ni siquiera estaba vestido y aún estaba disfrutando del té de The Tea Spot English Breakfast que había comprado el fin de semana anterior. Una pequeña extravagancia a ese precio, pero era sublime y dejaba un rico e intenso sabor en el paladar.

—Taehyung, por favor —rogó Hye—. Si Sohee pierde este contrato me despedirá. Y ya sabes cómo despotricó contra mí tras la debacle anterior.

—Y con razón. La jodiste a lo grande.

Tras romper con su novia, Hye había estado demasiado distraída como para prestar la debida atención a su trabajo en la firma de abogados, haciendo que el cliente se saltara una fecha límite para rellenar un papeleo crucial que terminó costándole una importante suma de dinero.

—Lo sé —dijo ella—, y nunca intenté librarme de ese asunto. Pero esto no es culpa mía. Estoy legítimamente enferma. Esta mañana tenía casi cuarenta de fiebre y eso fue después de tomarme un analgésico.

EMPLEADO (Libro II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora