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Sus piernas estaban temblando y ya no podían saltar más sobre el regazo de Chan. El pequeño camisón de tul transparente color rosa era algo que ya no cubría nada. De hecho, nunca lo hizo. Uno de sus pechos estaba fuera de la copa, luciéndose en su danza acompañando a Hyunjin con cada salto que daba en la cama, frente al espejo.

Aunque estaba dándole la espalda al alfa, verse a sí mismo siendo jodido lo volvía tanto o más cohibido. Chan lo estaba sujetando por la cintura debajo de ese camisón, acariciando los huesos de sus caderas e incluso apretando su pequeño pene.

-Ugh, espe-¡rah!

Estaba cansado, pero su pequeño agujero goloso estaba todavía chupando esa polla tan profundamente como podía.
La sentía vibrar en su vientre, casi volviéndose más grueso.

-Chan -sollozó, dando un fuerte sentón que empujó el glande contra lo profundo.

Esta vez sí había conseguido ponerle correctamente el condón a Chan, luego de que la primera vez que se le ocurrió, le quedara torcido y mal puesto. Fue tremendamente vergonzoso, aunque eso no menguó el calor del alfa.

Se propuso firmemente comprar un consolador y practicar.
No podía ser tan malo.

-Lo haces bien, cachorro. Agh, tan bien.

Hyunjin movió sus caderas suavemente, teniendo esa polla todavía en el fondo de su canal, sintiéndolo rozar las zonas más sensibles que le hicieron llorar.

—No puedo más, alfa —gimoteó.

Esos quejidos tan lastimeros, pero en el mismo borde del placer, provocaron un estallido en el alfa. Con un rugido, empujó a Hyunjin contra la cama, poniéndolo sobre sus rodillas y dejando su culo al aire. Detrás de él, empezó a golpear ese pequeño agujero con fuerza.

-¡Chan! Oh, por favor... ¡Es demasiado! - chilló, incluso si su cuerpo ardía sobre las brasas del orgasmo que estaba por quemarlo. Su pequeña lengua salió de su boca en cada gemido. El estaba completamente perdido en el placer en cuya expresión se traducía. Sus ojos adormecidos tras esos lentes y las mejillas sonrosadas como lo estaba toda la piel de su cuerpo.

—No es demasiado, omega — refunfuñó, tomándolo por los antebrazos para levantarlos. La espalda del muchacho se arqueó contra el cuerpo ajeno, y esta vez ambos pechos salieron detrás de la tela del camisón-. Puedes tomar más de mí, lo sabes.

-Aghh, mmm, yo no... uh, ah.

Los dientes del alfa rasparon la piel del cuello ajeno, justo sobre la zona más sensible. Y mientras más profundo pujaba dentro de Hyunjin, más deseaba morderlo. Era enloquecedor ese ardor en el pecho que nublaba su juicio.
Todo por querer marcar al omega. Ya ni siquiera podía pensar en otra cosa que no fuera convertirlo en su propiedad; en crear un vínculo que nadie pudiera romper.

—Harás que me vuelva loco —le susurró.

-Voy a correrme, voy a correrme —jadeó con el aire escaso.

El fornido brazo derecho de Chan se enredó en la cintura del chico, apretándolo con fuerza mientras más duros eran sus empujes. Sabía que Hyunjin estaba por acabar, lo sentía en lo mucho que le apretaba la polla dentro de ese pequeño canal. Lo sentía tan letárgico, apenas sosteniéndose sobre sus piernas.

-¡Aghh! Chan , oh mi...

El orgasmo tomó el cuerpo de Hyunjin , sacudiéndolo con fiereza incluso a través de los embistes del alfa que perseguía su propio climax. En ese momento, con la cabeza tan adormecida y sus sentidos sensibles por el placer, Hyunjin se dejó caer contra el hombro de Chan, en medio de chillidos y jadeos.

A Bed of Thorn and Roses 「Chanjin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora