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_____ Todoroki es hija del respetado ministro de justicia, Keiji Todoroki, y de una heroína retirada conocida como Llama Estelar, famosa por su habilidad para controlar el fuego y la luz. Aunque su vida parece perfecta, llena de tranquilidad y ro...
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El ambiente en la U.A. estaba lleno de emoción y tensión mientras bajabas del auto. Tu madre te miró con una sonrisa confiada y te pasó unas prendas especialmente diseñadas para soportar altas temperaturas, resistentes y ligeras, perfectas para un uso prolongado.
—Toma, cariño —dijo mientras te ayudaba a ponerte el equipo—. Esto te protegerá de cualquier llama y... sé que harás un gran trabajo hoy.
—Gracias, mamá —sonreíste, acomodando el cuello de la chaqueta y sintiendo el material resistente pero cómodo. Años de entrenamiento a su lado te habían preparado para esto, y aunque tus padres raras veces usaban sus dones, sabías que llevabas una parte de ambos contigo.
Al bajar del auto, buscaste a Iida entre el mar de estudiantes. Al fin viste la alta figura de tu amigo, que con su postura recta y formal, destacaba en la multitud.
—¡Iida! —lo llamaste, acercándote a él con entusiasmo—. Oye, ¿por qué no pediste recomendación a través de tu hermano? Sería mil veces más fácil.
Él te miró, serio y seguro de sí mismo.
—Porque deseo lograr mi propio camino —dijo, con una inclinación respetuosa—. No quiero que la sombra de mi hermano influya en mi entrada a la U.A.
Rodaste los ojos, aunque en el fondo admirabas su determinación.
—Claro, claro, todo noble y formal como siempre —sonreíste de lado—. Pues, ¡buena suerte, Iida!
—A ti también, _____. Estoy seguro de que lo harás excepcionalmente.
Te dirigiste al área de estudiantes por recomendación, buscando asiento entre otros candidatos. Notaste a Shoto Todoroki al otro lado del salón; al parecer, también estaba ahí por recomendación, aunque parecía completamente ensimismado. Te ignoró olímpicamente, lo cual no te sorprendió en lo absoluto, y decidiste no prestarle mayor atención.
La prueba escrita fue exigente, pero nada para lo que no estuvieras preparada. Tan pronto terminó, se te guió junto a otros hacia el área de pruebas físicas, y te preparaste para darlo todo. Te ataste el cabello, y al comenzar, sentiste el calor de tu don, el Fulgor Astral Rosado, correr por tus venas. Realizaste las pruebas con una precisión y coordinación casi perfectas, ejecutando cada movimiento de manera controlada. Al terminar, una sonrisa de satisfacción apareció en tu rostro; habías hecho todo lo que podías.
Saliste antes que la mayoría, incluso antes que Iida, así que decidiste enviarle un mensaje.
—¡He terminado! Vamos a abrir los sobres de los resultados juntos cuando los tengamos, ¿vale? —escribiste con una sonrisa mientras te dirigías de vuelta al auto, donde tu madre ya te esperaba.
—¿Qué tal te fue? —te preguntó con una mezcla de emoción y orgullo.
—Creo que muy bien —contestaste, poniéndote cómoda en el asiento.
