El sonido del balón de baloncesto rebotando en el suelo es lo único que calma mis pensamientos esta mañana. Desde que las cosas explotaron entre Jace y Grace, todo ha estado raro, y por más que intente concentrarme en otra cosa, no puedo dejar de pensar en ellos. La cancha está vacía, solo yo, el balón, y mi mente dándole vueltas a todo.
—Vicky, ¿otra vez aquí tan temprano? —La voz de James me saca de mis pensamientos.
Me detengo, sujetando el balón entre mis manos, mientras él se acerca con una sonrisa amigable pero preocupada. Está claro que también tiene mucho en la cabeza.
—No tenía ganas de quedarme en casa —le respondo, intentando sonar despreocupada.
James se apoya en la pared mirándome como si pudiera leer mis pensamientos.
—Bueno, al menos las cosas con Jace se calmaron un poco después de lo de ayer, ¿no? —comenta, metiendo las manos en los bolsillos. Parece más optimista, pero aún puedo ver una sombra de preocupación en su mirada.
Asiento lentamente. Aunque Jace dijo que necesitaba tiempo, su reacción fue más tranquila de lo que esperaba. Todavía hay algo de incomodidad en el aire, pero James y Grace parecen más aliviados ahora. Todo se siente frágil, como si el más mínimo malentendido pudiera romper el equilibrio que han logrado.
—Sí, Grace me dijo que Jace estaba un poco mejor, ¿no? —le pregunto, intentando que me dé más contexto.
—Sí, hemos hablado un poco después, y aunque no está del todo contento, al menos parece estar dándole una oportunidad a todo esto. —James sonríe, aunque se le nota el cansancio en los ojos. El conflicto entre ellos todavía lo preocupa, pero está haciendo un esfuerzo por mantener la calma.
—Bueno, supongo que es un avance. —Respondo con una pequeña sonrisa.
Nos quedamos en silencio por un momento, y ambos sentimos que, aunque las cosas no están completamente bien, al menos van por buen camino.
...
El ambiente en la cafetería empieza a volver a la normalidad poco a poco, pero algo en mí no está en paz. Quizás porque todavía puedo ver la tensión en los ojos de Jace, o porque Grace, aunque está tratando de relajarse, sigue lanzando miradas nerviosas hacia su hermano y James. Y aunque las cosas parecen haberse calmado por ahora, sé que no será el fin del asunto.
—Bueno, al menos no se ha desatado la tercera guerra mundial —susurra Kayla a mi lado, con una sonrisa irónica.
—No hables demasiado pronto, aún queda la tarde —le respondo, tratando de relajarme también. Pero incluso cuando trato de hacer una broma, siento que mi mente está en otra parte.
Y luego está Hugo. Lo he visto mirándome un par de veces desde la otra esquina de la cafetería, y aunque no hemos hablado mucho desde ayer, su presencia ha sido constante en mi cabeza. No sé qué es, si su sonrisa despreocupada o el hecho de que también es un «nuevo» aquí como yo, pero algo me dice que es alguien a quien debería prestar más atención.
De repente, siento una mirada clavada en mí, y cuando levanto la cabeza, me encuentro con los ojos oscuros de Jace. Su expresión no es exactamente de enojo, pero tampoco es amigable. Algo entre curiosidad y frustración.
—¿Qué? —le pregunto, levantando una ceja.
—Nada. Solo... —se encoge de hombros, sin dejar de mirarme—. Estás extraña hoy.
—¿Yo? —Me río, aunque sé que algo de verdad hay en lo que dice—. Estás flipando, Cooper.
Jace solo frunce el ceño, pero antes de que pueda decir algo más, el sonido de una bandeja golpeando la mesa nos interrumpe. Nora se ha sentado justo al lado de Jace, demasiado cerca para mi gusto.
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Gracias al baloncesto
Teen FictionAviso: historia CLICHÉ -VICTORIA EVA MARIA HUDSON FERRER, AL FINAL PERDERÁS EL VUELO - Sí queridos, ella es la mujer que me dio la vida, se llama Amelia Ferrer, junto a su ex-esposo Matthew Hudson. Sentaos porque os voy a contar mi historia, igual...