Cap 69

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Narra TN: Las mañanas en Buenos Aires ya no eran tan frías, y el sol parecía quedarse un poco más en el cielo, sin embargo, a pesar de la aparente calma en el exterior, mi mente seguía llena de pensamientos caóticos desde la conversación que había tenido con Israel.
Después de hablar con él, me sentí aliviada... pero también inquieta. Saber que había decidido aclarar las cosas con Nailea me tranquilizaba, y me hizo sentir que, a pesar de la distancia y todo lo que estaba pasando, Israel seguía comprometido con nosotros. Sin embargo, desde que vi a Trigos fuera del campus, la sensación de ser vigilada no me dejaba en paz.

Cada vez que salía de clase, sentía la necesidad de mirar por encima del hombro, de asegurarme de que nadie me estaba siguiendo. Algunas veces, me convencía a mí misma de que estaba exagerando, pero otras veces, las miradas furtivas o las sombras que creía ver a lo lejos me confirmaban lo contrario.

Hoy no fue diferente. Salí de la universidad, y como siempre, mis ojos escanearon la calle. No vi su coche esta vez, pero la paranoia se había asentado en mí, mi corazón comenzó a latir más rápido sin motivo aparente, y apreté el paso hasta llegar al departamento; No quería que Clara o mis amigos notaran lo asustada que estaba, así que me esforzaba en disimular. No era fácil.

Entré al departamento, dejé caer la mochila en el suelo y me dejé caer en el sofá y, sin pensarlo mucho, abrí Instagram. Maldita sea, las redes sociales me estaban afectando más de lo que me gustaría admitir. Desde que vi esa foto de Nailea con esa sudadera, no había dejado de pensar en eso.

Una parte de mí quería enfrentar a Santiago y decirle que me dejara en paz de una vez, pero la otra parte sabía que no iba a ser tan fácil. Desde que lo rechacé en México, había demostrado ser alguien peligroso, alguien que no aceptaba un "no" como respuesta.¿Me estaba vigilando realmente, o todo era parte de mi imaginación?. De repente, escuché un ruido afuera del departamento, algo así como un motor apagándose cerca. Mi cuerpo se tensó de inmediato, y me acerqué a la ventana con sigilo. Bajé la mirada y vi un coche similar al que había visto días atrás, el mismo que Santiago conducía. Mi corazón se aceleró, y mis manos comenzaron a sudar.

Volví a sentarme en el sofá, tratando de calmarme. Sabía que debía hacer algo, pero no sabía qué. Decidí escribirle a Israel, pero sin mencionar a Trigos. No quería que él se sintiera más preocupado de lo que ya estaba.

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                          Isra R 💗

TN: ¿Cómo va todo por allá?

Israel: Todo bien. Ya terminé el entrenamiento. ¿Y tú? ¿Cómo estás?

TN: Todo bien. Solo un día largo
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No me convencí ni a mí misma con esa respuesta. Pero había algo que tenía claro: pronto tendría que enfrentar a Santiago, y no podía dejar que el miedo siguiera controlando mi vida. Sabía que, si las cosas seguían como estaban, en algún momento tendría que contarle a Israel la verdad completa. Pero hasta entonces, solo podía intentar mantenerme firme y cuidarme sola.

Pero te conocí. -Israel Reyes y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora