Cinco años habían pasado desde aquel día en el café. Cinco largos años en los que Jisoo había intentado seguir adelante con su vida, pero sin importar cuán lejos llegara, siempre parecía que algo la arrastraba de vuelta a Jennie.
Sus caminos seguían cruzándose de manera inevitable, no solo porque eran amigas, sino porque una parte de ella nunca había dejado de estar enamorada. Incluso cuando Jennie estaba feliz con Rosé, Jisoo no podía evitar sentirse atrapada entre el deseo de verla feliz y el dolor de saber que nunca sería su felicidad.
Esa tarde, Jisoo estaba sentada en el sofá de su departamento, absorta en un libro que no lograba captar su atención. La quietud del lugar le brindaba un refugio, un pequeño escape de la tormenta interna que siempre se activaba cuando pensaba demasiado en Jennie, lo cual, para ser honesta, sucedía casi todos los días.
A veces se preguntaba si ese sentimiento, esa conexión que nunca se concretó, la acompañaría por el resto de su vida.
Justo cuando estaba a punto de cerrar el libro y rendirse, sonó el timbre de la puerta. Jisoo no esperaba a nadie, pero al acercarse y mirar por la mirilla, vio la inconfundible figura de Jennie de pie en el umbral, una gran sonrisa en su rostro.
Jisoo abrió la puerta con sorpresa, no porque Jennie estuviera ahí, sino porque había algo en su expresión que la desconcertaba. Jennie parecía radiante, como si estuviera a punto de compartir la mejor noticia del mundo.
—¡Jisoo! —exclamó Jennie, entrando a la casa sin esperar una invitación formal, como si su presencia allí fuera lo más natural del mundo—¡Tengo algo que decirte!
Jisoo, aunque sorprendida por el entusiasmo de Jennie, trató de mantener la compostura.
—Hey, Jennie —saludó Jisoo con una sonrisa, cerrando la puerta detrás de ella—¿Qué pasa? Te ves… feliz.
Jennie apenas podía quedarse quieta de la emoción. En su mano, Jisoo notó que llevaba un sobre blanco, cuidadosamente cerrado, y aunque no sabía qué contenía, algo en su interior le dijo que no era cualquier cosa. Jisoo sintió que su corazón comenzaba a latir más rápido sin entender realmente por qué.
Antes de que Jisoo pudiera hacer alguna pregunta, Jennie levantó el sobre y lo agitó en el aire, con una risa que llenaba la habitación de una felicidad contagiosa.
—Rosé… —comenzó Jennie, haciendo una pausa dramática para enfatizar la importancia de lo que iba a decir a continuación—¡Rosé me propuso matrimonio!
El mundo de Jisoo se derrumbó en ese instante. Las palabras de Jennie resonaron en su mente, pero no lograba procesarlas del todo. Rosé me propuso matrimonio. Cada palabra parecía una daga que se clavaba más profundamente en su pecho.
Era la noticia que, en el fondo, siempre había temido escuchar, aunque sabía que eventualmente llegaría. Pero ahora que estaba frente a ella, frente a la radiante felicidad de Jennie, no sabía cómo reaccionar.
—¿Matrimonio? —repitió Jisoo, intentando sonar sorprendida, aunque por dentro sentía cómo su corazón se partía en mil pedazos—Jennie… ¡eso es increíble! —dijo con una sonrisa forzada, la mejor que podía ofrecer en ese momento, aunque la tristeza comenzaba a acumularse detrás de sus ojos.
Jennie asintió emocionada, completamente ajena al conflicto interno que se desarrollaba en su amiga.
—¡Sí! —dijo Jennie con una risa, acercándose a Jisoo y mostrándole el sobre que ahora Jisoo reconocía como la invitación a la boda—¡Es tan surrealista! Nunca pensé que llegaría este día, pero aquí está. ¡Me casaré con Rosé!
Cada palabra era como un peso añadido al pecho de Jisoo, haciéndole más difícil respirar. Miró el sobre en la mano de Jennie, pero no lo tomó. Simplemente lo observó, incapaz de mover las manos hacia él. Ese sobre, pensó, esa invitación... nunca fue para mí.
Siempre había soñado con recibir una confesión de amor de Jennie, con ser la persona a la que ella le propusiera pasar el resto de sus vidas juntas, pero esa realidad nunca llegó.
En cambio, Jennie estaba aquí, compartiendo su felicidad con ella, y Jisoo estaba demasiado rota para celebrarla sinceramente.
Pero, como siempre, Jisoo hizo lo que mejor sabía hacer: esconder sus sentimientos.
—¡Wow! —exclamó Jisoo, fingiendo entusiasmo mientras Jennie seguía hablando de los detalles de la propuesta—Rosé realmente te sorprendió, ¿verdad?
Jennie asintió, sonriendo como nunca antes la había visto Jisoo.
—¡Sí! Todo fue tan perfecto… no sé cómo lo planeó todo sin que me diera cuenta. Sabes que no soy fácil de sorprender. —dijo Jennie con un guiño, y Jisoo rió suavemente, aunque no era una risa de felicidad.
—Me alegra que estés tan feliz, Jennie. —murmuró Jisoo, aunque sentía como si estuviera mintiendo con cada palabra que pronunciaba. Claro que quería que Jennie fuera feliz, pero no podía evitar el dolor de saber que esa felicidad ya no la incluía de la forma que siempre había deseado.
Jennie no pareció notar la tristeza en los ojos de Jisoo, o quizás simplemente lo ignoró, demasiado emocionada con su nueva vida. Siguió hablando sobre cómo Rosé había hecho todo perfecto, desde la cena romántica hasta la forma en que le había entregado el anillo.
Jisoo escuchaba, pero sus pensamientos estaban lejos. Cada risa, cada gesto amoroso que describía Jennie, era como un recordatorio constante de todo lo que había perdido, de todo lo que nunca tuvo el valor de buscar.
Después de lo que pareció una eternidad, Jennie hizo una pausa en su relato, mirando a Jisoo con una sonrisa afectuosa.
—¿Sabes qué, Jisoo? —dijo suavemente—Estoy muy contenta de que estés aquí para mí en este momento. No sé qué haría sin ti.
Esas palabras, aunque bien intencionadas, solo hicieron que el dolor de Jisoo se intensificara. Era irónico, en cierto modo. Jennie pensaba que Jisoo siempre estaría ahí para ella, pero ¿qué sucedía cuando el corazón de Jisoo ya no podía soportar más?
—Siempre estaré aquí para ti, Jennie. —respondió Jisoo con una sonrisa que no alcanzó sus ojos, repitiendo las mismas palabras que había dicho tantas veces antes.
Cuando Jennie finalmente se fue, dejando la invitación en la mesa antes de salir, Jisoo se dejó caer en el sofá, mirando el sobre sin tocarlo. Todo lo que había sentido durante años, todo el amor que había ocultado, estaba comenzando a desmoronarse dentro de ella. La imagen de Jennie feliz con Rosé se había grabado en su mente, y sabía que nunca sería capaz de borrarla.
Mientras el silencio llenaba la habitación, Jisoo se preguntó cuánto tiempo más podría seguir fingiendo, cuánto tiempo más podría soportar la realidad de que el corazón de Jennie, el corazón que una vez soñó con tener para ella, pertenecía a alguien más.
Y, lo peor de todo, sabía que no había vuelta atrás.
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𝚁𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘𝚜 ➫ 𝐽𝑒𝑛𝑆𝑜𝑜
Fanfiction"-¿Por qué no me atreví a decirle la verdad?" ❝ 𝐉𝐢𝐒𝐨𝐨, 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐩𝐚𝐝𝐚 𝐞𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐬𝐞 𝐚𝐭𝐫𝐞𝐯𝐢𝐨 𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐞𝐬𝐚𝐫 𝐬𝐮𝐬 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬, 𝐚𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐚 𝐥𝐚 𝐛𝐨𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐉𝐞𝐧𝐧𝐢�...