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Noeul despertó con una ligera confusión, pensando que todo lo que había vivido no era más que un sueño extraño. Pero cuando sintió el movimiento en sus piernas, su corazón dio un vuelco. ¡No era un sueño! Noeul miró sus piernas con asombro y, lleno de felicidad, empezó a saltar en su cama como un niño emocionado. Rió con euforia, sintiendo una oleada de esperanza que hacía años no experimentaba.

Pero entonces, su mente empezó a llenarse de preguntas. ¿Cómo había vuelto a este momento de su vida? Recordó el reloj... el brillo, el extraño sentimiento de viajar en el tiempo. Todo encajaba. ¿Cuánto tiempo se quedaría aquí? ¿Sería capaz de cambiar el futuro?

"¡Sí!", pensó decidido. "Yo puedo hacerlo. Puedo salvarnos."

Se levantó rápidamente y buscó un calendario en su habitación. Al fijarse en la fecha, se dio cuenta: 6 de junio del 2008. Tenía 17 años de nuevo. Todo estaba por empezar. Se apresuró a marcar el 16 de agosto, el día de su accidente. Si esta era una nueva oportunidad, estaba decidido a salvarse a sí mismo y también a Boss.

La misión estaba clara en su mente.

Noeul, aún lleno de emoción, no pudo evitar buscar a alguien más en la casa. Al darse cuenta de que su hermano Bright estaba sentado en la mesa y su madre al costado, corrió hacia ellos, sin contenerse.

—¡Bright, Mamá! ¡Los he extrañado tanto! —dijo mientras lo abrazaba con fuerza.

Bright, algo desconcertado, le devolvió el abrazo con una risa nerviosa.

—¿Extrañado? Si solo te vi ayer en la noche —dijo Bright, levantando una ceja—. ¿Qué te pasa hoy? Estás más efusivo de lo normal.

Su madre los miraba con una sonrisa en el rostro, y le dio un besito en la mejilla a Eul.

Noeul solo sonrió y le dio un suave golpe en el hombro de su hermano antes de girarse y dirigirse hacia su abuela, que lo miraba con lágrimas en los ojos desde su sillón.

Cuando la abrazó, ella lo miró profundamente y, con una voz temblorosa, susurró:

—Ya puedes caminar... —Una lágrima resbaló por su mejilla.

Noeul se congeló. ¿Ella sabía lo que había pasado? ¿Recordaba? Sus ojos se llenaron de preguntas mientras intentaba descifrar lo que su abuela quería decirle. Se separó un poco de ella, la miró directamente y preguntó, casi en un susurro:

—¿Tú te acuerdas?

Pero, de repente, su abuela cambió su expresión, como si nada hubiera sucedido, y sonrió con suavidad.

—Vamos, Noeul, siéntate a desayunar —dijo con calma, desviando la conversación como si no hubiera dicho nada importante.

Noeul se quedó parado por un momento, tratando de procesar lo que acababa de suceder. Algo en su abuela lo sabía, pero claramente no iba a hablar más de ello. Con una sonrisa resignada, asintió y dio unos pasos hacia atrás, demostrando con orgullo que, efectivamente, podía caminar.

—Abuela, ¡de verdad puedo caminar! —exclamó alegremente, mientras daba algunos pasos frente a ella.

Su abuela lo observó, su sonrisa cargada de una mezcla de alivio y algo que Noeul no podía identificar del todo, pero ella solo asintió, como si aquello fuera completamente normal.

—Claro que sí, querido —dijo con suavidad, pero rápidamente regresó su atención a su costura, como si todo fuera completamente ordinario.

Noeul sabía que había más detrás de esas palabras, pero decidió no presionarla por ahora. Había vuelto, y eso era lo más importante.

Destiny's Clock // BossNoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora