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Cuando Boss llegó al salón, se encontró con Fort y Pavel, quienes ya estaban sentados en sus lugares habituales. Al verlo, ambos sonrieron de manera cómplice.

—¡Mira quién llega! —dijo Fort mientras se cruzaba de brazos y le daba una palmada en la espalda a Boss.

Pavel, por su parte, lo miró con una ceja levantada, claramente divertido—. ¿Qué tal te fue en la piscina ayer?

Boss, quien intentaba actuar como si nada hubiera pasado, dejó caer su mochila en el asiento y se sentó con un suspiro. Sabía que lo iban a fastidiar.

—No pasó nada, ¿ok? —dijo, intentando desviar el tema.

Pero Fort no lo iba a dejar ir tan fácil—. Nada, ¿eh? Porque escuché que un doncel te abrazó delante de todos y no podías quitártelo de encima.

Pavel se rió suavemente—. ¿Cómo es eso? ¿Era uno de los del otro edificio, no? Qué intensidad...

Boss bajó la mirada, tratando de ocultar el leve sonrojo que aún sentía al recordar lo que había pasado con Noeul. No entendía del todo por qué ese chico se había aferrado a él de esa manera, pero algo en él lo había dejado un poco desconcertado.

—Ya déjenlo, seguro fue una confusión —intentó decir, pero Fort y Pavel intercambiaron miradas burlonas, sabiendo que había más de lo que Boss estaba admitiendo.

—Vamos, Boss, cuéntanos más —insistió Fort—. El doncel se te lanzó encima como si te conociera de toda la vida.

—O como si fuera fan tuyo —agregó Pavel con una sonrisa maliciosa.

Boss suspiró, apoyando la cabeza en su mano mientras sus amigos seguían con las bromas. Sabía que ese día no iba a ser fácil. Luego de esto tenian Gimnasia, espera no quedar agotado.

Durante el receso, Noeul caminaba junto a Peat, aferrado a su brazo como solía hacerlo desde siempre

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Durante el receso, Noeul caminaba junto a Peat, aferrado a su brazo como solía hacerlo desde siempre. Ambos iban conversando animadamente, aunque en la mente de Noeul aún resonaban los eventos recientes, especialmente su encuentro con Boss aquella mañana. Peat notó que su amigo estaba un poco distraído.

—¿En qué piensas tanto? —le preguntó, dándole un pequeño empujón con el hombro.

—Oh, nada —respondió Noeul con una sonrisa—. Solo... cosas.

—¿Cosas o alguien? —replicó Peat, arqueando una ceja con curiosidad.

Antes de que Noeul pudiera responder, un grito familiar resonó a lo lejos.

—¡Chicos!

Ambos giraron justo a tiempo para ver a Pooh correr hacia ellos, con una enorme sonrisa en el rostro. Sin darles tiempo de reaccionar, Pooh se abalanzó sobre los dos, abrazándolos con fuerza y casi tirándolos al suelo.

—¡Los extrañé! —exclamó Pooh, apretándolos más fuerte.

Noeul soltó una carcajada—. ¡Pooh! Apenas te vimos hace un par de horas en clase —respondió entre risas, aunque no hizo ningún esfuerzo por apartarse del abrazo.

Destiny's Clock // BossNoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora