Él murió como un guerrero, sacrificando su vida para proteger a quienes necesitaban ser protegidos, enfrentándose a infiernos desgarradores sin dejar de luchar por sus ideales, y a pesar de sus últimos latidos llenos de agonía nunca dejo de sonreír
Hacia un año que había terminado la guerra y aún no habían superado su aucencia, mucha gente les hacia falta a su alrededor; mestros, heroes incluso compañeros, y eso era lo que más les heria, habían visto morir a personas muy cercanas y no pudieron salvarlas
Sero había notado el dolor de sus compañeros y queriendo ayudarles a sobrellevar el duelo le pidio ayuda a muchos compañeros y profesores para que su idea se llevara a cabo con todo el respeto y la seriedad posible; un intercambio cultural
—¿Esta bien que hagamos esto?— pregunto Momo —esta tradicion, se siente tan agena, pero, de verdad siento que estan aqui
—Eso es porque las puertas del Mictlan ya estan abiertas y dejan la salida de las almas
—¿Que es eso?— le pregunto curiosa
—El recinto de los muertos, gobernado por el dios Mictlantecuhtli y la diosa Mictecacíhuatl
Sero comenzo a contarles la leyenda sobre ambos dioses del inframundo. Según sus palabras los pueblos prehispánicos colocaban flores de cempasúchil para guiar a las almas a los altares de los vivos que honraban su memoria, en la ofrenda nunca debe faltar bebida y comida, pues el camino es largo y dificl
—Si es la comida favorita de los difuntos es mejor, así les demuestras cuanto los recuerdas— dijo mientras servía saque y té caliente —esta tradición ha existido desde hace muchos milenios, y con el paso del tiempo se le han ido agregando más y más cosas; como el pan de muerto y de dulce, juguetes para los niños, monedas, velas, papel picado, listones y fotos
—¿Qué hay de una carta?— Mina le pregunto ansiosa de recibir una respuesta afirmativa
—No lo recomiendo, si bien le damos la bienvenida a nuestros muertos nuca sabes quien pude responderte, además, si ellos no tienen nada importante que decir simplemente no lo harán
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Toda la escuela observaba el enorme altar, estaba lleno de fotos, flores naranjas y comida. Muchos se mostraban escépticos e incluso incomodos por el contraste, un altar iluminado en medio de un espacio vacío afuera de las residencias. Después de la presentación y que algunos rezaran en silencio poco a poco fueron retirándose, hasta que solo quedo él
Se acerco más al altar, todo aquello le parecía extraño y tan fuera de lugar que no lo sentía correcto, escucho unos pasos a sus espaldas y una voz suave entrecortada
—¿Bakugo? ¿Qué haces aquí?—no recibió respuesta
Ochako se seco las lagrimas se se acerco a la ofrenda para dejar un pequeño marco, en donde una niña rubia de dientes puntiagudos sonreía a la cámara
—¿De verdad crees que esto valga la pena?— hablo el rubio mirando la foto —¿de verdad los muertos regresan?
—No lo se— mas lagrimas cayeron —pero esto, si Sero dice que se ha hecho desde hace mucho tiempo y aun lo hacen debe de ser por algo, quiero pensar que en esta vida todo puede ser posible y que ellos regresen me da algo de paz
Permanecieron en silencio después de eso, ambos perdidos en sus propios pensamientos y sobrellevando su propio dolor, ella llorando en silencio y él simplemente mirando la foto de Izuku, si de verdad ellos regresaban golpearía a Deku por morirse y dejarlo solo
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//DRABLES KATSUDEKU//
FanfictionHistorias cortas que se me ocurren al ver cosas random Historias llenas de comedia, tristeza, humor y sobretodo amor Dale una pequeña oportunidad Inicio: 29 de julio 2022