Prólogo

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Los días eran cálidos. Katsuki prefería el calor antes que el frío, porque odiaba la lluvia y las bajas temperaturas.

Aun así, era su sagrado deber ir con Izuku cada día de la semana. Hiciera frío o calor, estaba con él en aquella sala del hospital.

No era el único de la clase que lo iba a ver. A veces estaban sus amigos, o los amigos de Izuku. Se reunían a hablar por horas frente al cuerpo inmóvil de Izuku y terminaban con la misma frase.

"Ojalá puedas sonreír para la próxima".

En realidad, Katsuki no sabía si se lo decían a él o a Izuku, quien llevaba un año en coma.

De todos modos, no le importaba.

No tenía motivos para sonreír si no era frente a Izuku, para Izuku.

—Oye, nerd —dijo Katsuki, acomodando el nuevo arreglo floral que había comprado para adornar la habitación—. Cara redonda quería venir hoy, pero al parecer tenía que ir con la chica vampiro. Ya sabes que tienen una relación un poco extraña.

Siempre esperaba una respuesta, pero la voz de Izuku no llegaba a escucharse.

—No sabía que dejarían entrar a una chica de diecisiete años con tanta facilidad a la prisión. Debe ser porque Cara Redonda es como el juguete personal de la chica loca. ¿Te imaginas hubiera muerto? Ella nos dijo que la rubia estaba dispuesta a morir por ella. Creo que Cara Redonda moriría de angustia si a esa chica le hubiera pasado algo.

Casi podía imaginar el sonido de la risa de Izuku mientras terminaba de acomodar el arreglo. Se quitó la mochila y se sentó en el sillón frente a Izuku.

Recostado boca arriba, el sonido de la máquina que marcaba los latidos de su corazón era lo único que le hacía saber a Katsuki que estaba vivo.

El cabello de Izuku había crecido durante ese año y sus rasgos poco a poco dejaban de ser los de un adolescente.

Tenían diecisiete años ya, y para Katsuki, era el segundo cumpleaños que vivía sin que Izuku lo felicitara o hiciera alguna idiotez para estar con él.

—Pronto será tu cumpleaños, Izuku —murmuró Katsuki, sin dejar de mirar el cuerpo que descansaba en la cama—. Prometo que te compraré alguna figura de edición limitada de All Might. He ahorrado mucho para eso.

Y siempre lanzaba el anzuelo, a ver si el pecoso lo aceptaba y despertaba.

Pero como todos los días, la única respuesta que obtuvo de Izuku fue el pitar de su corazón en la máquina, acelerandose en el proceso.

—Está bien, la compraré. Iré a rehabilitación por mi brazo y luego pasaré a comprarla. Tu quédate aquí, ¿me oíste? No te muevas de aquí, porque si no, no sabré donde encontrarte.

Era una especie de chiste, donde sólo Katsuki se reía.

—Date prisa, Izuku —terminaba susurrando todos los días, acercando su mano a la mejilla pecosa del chico—. Te estoy esperando para que seamos héroes juntos, por el resto de nuestras vidas.

Y a pesar de la angustia, esperaba pacientemente que Izuku despertara. Sabía que lo haría, pues el pecoso no era de los que se rendían tan fácilmente. Katsuki estaría ahí cuando Izuku abriera sus ojos y sabría que no lo había dejado solo jamás.

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⏰ Última actualización: Nov 01 ⏰

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Por el resto de nuestras vidas (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora