—¿Ya te he dicho, hijita mía, lo feliz que soy, tan solo de ver tu sonrisa hermosa?—Sí, Pá, me lo dices diez veces al día…
—Bueno, es para que no se te olvide.
—No hay forma de que ella lo olvide, Jungkook. Se lo dices todo el tiempo.
Jimin reafirmó lo dicho por Paloma que ya se encontraba de espaldas a su padre prestando más atención a sus juguetes que a las demandas amorosas del Alfa.
—¿Amor, puedes ayudarme con algo? No llego a colocar la estrella en la punta del arbolito.
Jimin sonrió con sus ojos de medialuna a los que Jungkook no le puede negar nada.—Toma —Extendió la estrella a Jungkook— Colócala arriba por mí, por favor.
Jungkook se levantó del lado de su hijita, no tomó la estrella sino que pasó sus manos por debajo de los brazos de Jimin y lo elevó hasta la cima del pinito, para que él mismo la situara.
Jimin rió a carcajadas cuando lo bajó y aunque estaba muy acostumbrado a que su Alfa lo levantara de ese modo, nunca dejaba de sorprenderlo.
—¿Has bajado de peso, Jimin? Te noto más liviano.
—Es posible, amor. Las prácticas están siendo muy severas y he perdido bastante el apetito.
—No me gusta, quiero que controles eso Jimin, ya sabes que esa cuestión del peso no es para jugar.
—Amor, yo no juego, tú sabes cómo son las cosas en el ballet. En seis meses estrenaremos la obra más exigente de mi carrera, no puedo ganar kilos o la pasaré mal.
—Ya sé, Minnie, pero no quiero que exageres, además, tú eres quien eleva a la bailarina, ella es quién debe estar delgada…
—Ja, ja, es verdad, pero yo también debo estar liviano y ágil.
—A mí me gustas así, amor. Me gustan tus formas —Se acercó al cuello de su Omega y lo mordió…
—Koo, está la nena…
—No nos está mirando…
—¿Qué hacen? ¿Por qué mordiste a papi Jimin, papá?
Detrás de ellos la pequeña Paloma, descalza y con un tutú de bailarina lleno de brillos y lentejuelas que Jimin le había regalado, increpaba a sus padres con cara de poco amiga.
—¡Te lo dije! Ja, ja, explícale tú, por qué me mordías el cuello —Jimin sonreía tímido escondiendo su rostro sobre el delicioso cuello de JK.
—Paloma, hijita… ve a jugar con las muñequitas. Papá le está curando una herida a Jimin.
—¿Papi Jimin, estás bien? —increpó la pequeña con ojitos curiosos.
—Sí, mi hada, estoy bien.
—¿Se daban mimos? ¿O hacían el amor?
—¿Queeeé?
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𝗧𝗢𝗞𝗜𝗢 | 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻
Fiksi Penggemar𝗢𝗺𝗲𝗴𝗮𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲 || 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻 El Omega Park Jiminy su Alfa Jeon Jungkook regresan en este pequeño relato navideño para recordarnos que las fiestas navideñas tienen un espíritu único y especial. Jimin va enterarse por boca de su Alfa, que d...