Cαριƚυʅσ 11: Nυҽʋα Oɾʅҽαɳʂ ყ ҽʅ ƈαʂƚιɠσ ԃҽ Hσρҽ

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Hope empacó sus cosas con una mezcla de ansiedad y resignación. Sabía que el viaje a Nueva Orleans significaba enfrentarse a su familia, algo que había evitado durante mucho tiempo. Mientras organizaba sus pertenencias, pensó en el hechizo de magia negra que había utilizado, lo que había causado la tensión entre ella y sus padres, Hayley y Klaus. Se preguntaba si realmente estaban decepcionados o si solo estaban enfadados por el hecho de que había jugado con fuerzas que no comprendía completamente.

El viaje en coche fue largo y silencioso. Hope se acomodó en el asiento trasero, mirando por la ventana mientras el paisaje cambiaba lentamente de las vistas de la escuela a las calles familiares de Nueva Orleans. La ciudad siempre había tenido un aire de misterio y magia que la atraía, pero ahora, esos sentimientos estaban empañados por la tensión palpable que emanaba de sus padres en el asiento delantero.

—¿Cuánto tiempo más hasta llegar? —preguntó Hope, tratando de romper el silencio incómodo.

—No mucho, —respondió Hayley con un tono neutro, manteniendo la vista fija en la carretera. Hope pudo ver que su madre estaba tensa, con la mandíbula apretada y los ojos serios. Klaus, por otro lado, parecía más preocupado, mirando de vez en cuando por el espejo retrovisor.

El silencio continuó, interrumpido solo por el ruido del motor y la música suave que sonaba de la radio. Hope intentó concentrarse en la melodía, pero su mente seguía regresando a las palabras de Damon y lo que había hecho para traer de vuelta a sus padres. Sabía que había cruzado una línea, y ahora estaba en un lugar incómodo donde su magia y su familia se entrelazaban de formas que no comprendía del todo.

Finalmente, Klaus rompió el silencio.

—Hope, necesitamos hablar sobre lo que hiciste.

Su voz era grave, y Hope sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

—Lo sé, pero no es lo que piensan —respondió, intentando defenderse antes de que pudiera ser acusada.

—¿No es lo que pensamos? —replicó Klaus, su tono intenso—. Usar magia negra no es un juego, Hope. No se trata solo de lo que deseabas, sino de las consecuencias que eso puede traer.

Hayley asintió, su mirada ahora más suave pero aún llena de preocupación.

—Tienes que entender que hay un precio a pagar por la magia que usaste. No solo para ti, sino también para todos nosotros.

Hope se sintió atrapada en el asiento, la presión de sus padres la aplastaba. Sabía que había un riesgo involucrado, pero su deseo de reconectar con ellos había nublado su juicio.

—Lo hice porque los extraño. No sabía qué más hacer —dijo, su voz temblando—. Solo quería que volvieran.

Klaus respiró hondo, su mirada suave por un instante.

—Y nosotros también te extrañamos, pero esto no es la manera correcta de hacerlo. No queremos que te metas en problemas. No queremos perderte.

La sinceridad en su voz hizo que Hope se sintiera aún más culpable. No solo había jugado con fuerzas oscuras, sino que también había causado dolor a aquellos que amaba. El auto avanzaba lentamente por las calles de Nueva Orleans, y a medida que se acercaban a su hogar, Hope sabía que tendría que enfrentar las consecuencias de sus acciones.

Finalmente, llegaron a la casa familiar, y Hope sintió una mezcla de nostalgia y temor. Al salir del coche, se sintió pequeña frente a la grandeza de la mansión, recordando todos los momentos felices que había pasado allí, así como los oscuros secretos que ahora acechaban su familia. Tenía que enfrentarse a la realidad de su magia y la difícil relación con sus padres.

ᑌᑎ ᗩᗰOᖇ ᑭᖇOᕼIᗷIᗪODonde viven las historias. Descúbrelo ahora