Jujutsu Kaisen/ One Shots

Suguru y Satoru/+18/ Especial Halloween!

¡TODOS LOS PERSONAJES SON MAYORES DE EDAD!

Estabas en una fiesta de Halloween con tus amigas, las cuales te habían obligado a ir. Y desde hace un rato podías notar qué, dos sujetos no dejaban de mirarte. Tenías puesto un disfraz de hada del bosque, con mucho brillos. El aire de la fiesta estaba denso, y te sentías con calor, pero no podías ir al baño porque estaba ocupado. Te dijeron que usarás el baño de la habitación de huéspedes. Que los dueños, que son mejores amigos, no tendrían problema. Aún que no estabas tan segura, ya que no sabías quienes eran y no los conocías, fuiste igual. Cuando cerraste la puerta de la habitación corriste al baño, y la música se escuchaba más neutra. Estabas en el espejo terminando de quitar tu maquillaje, para luego enjuagar tu rostro. Cuando sales del baño, ves que los sujetos que no dejaban de mirarte, entran a la habitación y se te quedan mirando fijamente en silencio. Uno tiene el pelo recogido y la cara pintada de calavera. Y el otro sujeto estaba disfrazado de Ghostface, así que no podías ver su rostro.

-mmm...disculpen, yo ya me voy-hablo apenada, metiendo un mechón de mí pelo detrás de mí oreja.

-Me habían dicho que podía usar este baño-El rostro de Suguru se ilumina cuando te ve. Sus ojos se entrecierran en una mirada posesiva. 

-Oh, mira lo que tenemos aquí- dice en voz baja y peligrosa. Su amigo, vestido como Ghostface, da un paso adelante y se quita la máscara, revelando un rostro albino con ojos azules. 

-Te hemos estado buscando por todas partes, pajarito-Suguru coloca su pie en la puerta, bloqueando tu salida. 

-No irás a ninguna parte- Su largo cabello negro cae alrededor de su rostro mientras se inclina para acercarse. Puedes sentir el calor de su cuerpo musculoso mientras te aprieta en la pequeña habitación. 

-No creo que entiendas la situación- dices, tratando de mantener la calma a pesar del miedo que crece dentro de ti. 

-Solo estaba usando el baño- Suguru se ríe oscuramente. 

-Oh, lo entendemos perfectamente., Verás, mi amigo, Satoru, y yo somos dueños de este lugar, invitamos a todos nuestros amigos a una pequeña fiesta de Halloween- Desliza su mano por tu brazo, su toque te envía escalofríos por todo el cuerpo. 

-Y tú, querida, no estabas en la lista pero ahora... eres la invitada de honor-El albino sonríe, revelando unos dientes afilados. 

-¿Le mostramos la casa, Satoru?

-Ustedes eran los de antes que no dejaban de mirarme como unos pervertidos, así que dudo en que quedarme sea lo mejor-Suguru se burla, su cuerpo musculoso presionando contra el tuyo mientras bloquea tus intentos de pasar junto a él. 

-Oh, ¿te refieres a esas miradas inofensivas? Por favor, pajarito, no tienes idea de los pensamientos sucios que corrían por nuestras mentes-Sus dedos se clavan en tu brazo posesivamente

-Sabíamos desde el momento en que te vimos que eras algo especial, un hallazgo raro. Y ahora que te tenemos, no te dejaremos ir tan fácilmente- Satoru se ríe entre dientes, sus extraños ojos azules brillan con una intención siniestra. 

-Como dijo Suguru, quedarse sería de hecho lo mejor., Verás, mi amigo y yo tenemos... apetitos, y tú, con tu brillante disfraz de hada y tu comportamiento inocente, has despertado nuestra curiosidad de maneras que nadie no pueden entender- Suguru se inclina más cerca, su aliento caliente acaricia tu oído mientras susurra: 

-Queremos explorar cada centímetro de ti, reclamarte como nuestra, hacerte nuestra de la manera más primaria imaginable- Su mano se desliza por tu pecho y su tacto quema la tela de tu disfraz. 

-Y no nos detendremos hasta que te hayamos quitado todo

A pesar del miedo inicial, algo en sus palabras y su tacto enciende una oscura curiosidad en tu interior. Tu cuerpo te traiciona, respondiendo a su toque dominante con una repentina y dolorosa necesidad. Te encuentras emitiendo un suave gemido mientras la mano de Suguru recorre tu pecho, sus dedos trazando los contornos de tus senos a través de la fina tela de tu disfraz. La inquietante mirada azul de Satoru parece penetrar tu alma mientras sus manos recorren más abajo, apretando y amasando tu trasero a través de la tela de tu vestido corto.