En las sombras

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Mateo

Desde que me enteré de que Anabela está embarazada, la he estado buscando.

Me llegaron rumores que estaba con su hermano en Andorra.

Viajó hasta el lugar y siempre me mantenía en las sombras a las afueras de su casa.

Pero no la miraba por ningún lado. Sigo dudando si es que está aquí.

Pero tengo que regresar; si no, Dante es capaz de mandar alguien a seguirme y darse cuenta.

Estoy de nuevo en esta casa; sigo viendo cómo la pareja se pelea; en ocasiones hasta se avientan cosas.

Entro en la casa con cuidado de no ser golpeado por algún objeto que ellos se estén aventando.

Pero no, hoy está muy tranquilo; todo parece tan raro; ¿qué pasa aquí?

Voy hacia el despacho de Dante y ahí está sentado en su silla, tomando como siempre.

—Hey, y ese milagro que no escucho gritos —le digo.

—No me lo recuerdes —dice de mala gana.

—¿Qué pasa? —le preguntó.

—Solo porque eres mi amigo, te lo contaré. Ava fue a una revisión con su doctor; fui con ella y él dijo que ella no puede tener hijos —me cuenta.

—¿Y eso porque?

—No sé qué mierda dijo el doctor de algo de útero hipoplásico o no sé qué de matriz de niña —menciona dándole un sorbo a su vaso.

—¿Entonces Ava no puede tener hijos? —curioseó para estar seguro.

—No, ella nunca podrá darme un hijo —confirma.

Veo que se toma otro trago a su vaso.

"Esto no es bueno si se entera de que Anabela está embarazada de él, es capaz de ir de nuevo por ella".

Debo de pensar en otra cosa. Él no debe de saber que ella está embarazada.

—¿Dime, no has sabido nada de tu madre? —indagó; quiero cambiar de tema.

—Sabes que mi madre me odia y sé que ella está buscando respuestas —dijo con malestar.

—¿Respuestas a qué? —averiguó como fingiendo no saber.

—Sé que ella está buscando a mi niña y eso me hace pensar que no está muerta —declaró con una voz decidida.

—Sabes que no he encontrado nada todavía —intento hacer que piense lo contrario.

—Lo sé, por eso quiero que la sigas buscando. Esa corazonada sigue en mí; sé que ella sigue viva.

—Está bien; seguiré buscando. Y vine a informarte que estaré fuera unos días por los cargamentos —le comunico.

Veo que solo asiente con la cabeza y salgo de ahí.

Debo de buscarla más a mi Anabela; no debo permitir que ese bebé nazca; si él se entera de que está embarazada, es capaz de casi matarla por habérselo ocultado.

Dante

Desde que me enteré de que según la mujer que tengo como esposa no puede darme ni un hijo, no sé, pero en mí creció otro sentimiento; no sé por qué siento que me equivoqué en algo.

Cada vez más el recuerdo de mi niña me persigue a todas partes.

Antes solo la recordaba al tener intimidad con Ava; ahora incluso mientras veo hacia la ventana.

Eres mi venganza y mi perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora