Cuatro paredes y un techo

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Me acerqué a Kat, quien se había quedado en el sofá, agarrándose la cabeza y negando con la cabeza.

-¿Te arrepientes? — pregunté, preocupado.

Ella negó con la cabeza de nuevo.

-No... bueno, sí, Carl. Lo hicimos en una iglesia!. Eso debe ser el mayor de los pecados, y con Judith en la habitación — dijo, tapándose la boca como si hubiera sido lo peor.

Me reí por lo bajo.

-No creo que Dios nos odie por eso hoy en día. Y Judith está dormida y es un bebé. Cuando mi papá volvió, lo hicieron en la misma casa de campaña. Yo estaba al lado y no era un bebé no estaba dormido! — le dije

Kat se rió, negando con la cabeza.
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-Kat me dijo que estabas aquí — dijo papá viendo  con curiosidad.

-Mira, son muy profundos para ser arañones —dije, señalando las marcas en la  pared y ventana sellada —Intentaron entrar — dije, mostrándole las marcas de  cuchillo en la pared. — Y descubrí esto.

En la pared, alguien había escrito con un cuchillo: "Arderás en el infierno por esto".

-No significa que Gabriel sea malo, pero significa algo — dije, pensativo.

-Entra, conseguimos mucha comida —dijo papá, sonriendo. —Mucha".

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La comida era abundante y el ambiente era alegre. Todos comíamos y reíamos, disfrutando del momento.

Abraham se puso de pie, una copa de vino en la mano.

-Quiero proponer un brindis — dijo sonriendo.

Miró alrededor, su mirada posándose en cada uno de nosotros.

-Cuando veo alrededor, veo sobrevivientes. Cada uno se ganó ese título. Salud por los sobrevivientes — dijo, levantando su copa.

Todos repetimos el brindis, nuestras voces unidas en un "¡Sobrevivientes!"

Abraham continuó, su voz llena de convicción.

-¿Así quieren vivir? Levantarse por la mañana sin comida y luchar con los caminantes? Podemos llevar a Eugene y acabar con todo esto. No importa cuánto demoren, estarán más seguros de lo que han estado desde que inició todo. Háganlo por esa bebé, por todos ustedes".

Judith balbuceó, y Rick sonrió.

-¿Qué dices? Creo que sabe lo que diré —dijo Rick. —Si ella va, yo iré. Iremos.

Todos sonreímos, el ambiente estaba lleno de esperanza.

Kat estaba sentada hablando con Daryl, compartiendo una botella de vino entre ellos dos.

Carol salió de la nada, llamando la atención de Daryl, y él se fue con ella, dejando a Kat sola.

Me levanté y me senté al lado de Kat.

-Creo que te dejaron sola — dije, sonriendo.

Kat me miró, con una sonrisa pícara en su rostro.

-Creo que fue lo mejor, así vendrías tú— dijo, tomando un sorbo de la botella.

Se veía un poco rara, su mirada un poco borrosa.

-No crees que ya es mucho vino? — pregunté, señalando la botella. — Es asqueroso.

Kat se rió.

-Como todo el licor, pero después te gusta

Me ofreció la botella, pero negué con la cabeza.

Hasta el fin/ Carl Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora