Era una noche fría de invierno en la ciudad, y las luces brillantes de los edificios reflejaban un resplandor dorado en las calles cubiertas de nieve. En un pequeño departamento, Aquino miraba su teléfono con el corazón en la mano. Había pasado un año desde que su vida cambió para siempre, un año desde que Estailus, su mejor amigo y amor de toda la vida, decidió mudarse a otra ciudad por un trabajo soñado.
Aquino siempre había sabido que Estailus tenía grandes aspiraciones. Sin embargo, su partida dejó un vacío en su vida. Al principio, mantuvieron contacto a través de mensajes y llamadas, pero con el tiempo, esas conversaciones se volvieron menos frecuentes. Estailus comenzó a compartir fotos de su nueva vida: su nuevo trabajo, nuevos amigos y nuevas aventuras. Aquino sonreía al verlas, pero en su interior se sentía más solo que nunca.
Una noche, mientras escuchaba música en su viejo tocadiscos, una canción sonó. Era una de las que solían escuchar juntos, llena de recuerdos de risas y promesas. Se le llenaron los ojos de lágrimas y decidió que era hora de llamarlo. Con manos temblorosas, marcó su número y esperó.
El timbre sonó, y su corazón latía con fuerza. Después de varios tonos, la llamada se cortó. Aquino se sintió desanimado, pero no se dio por vencido. Intentó de nuevo, y esta vez, escuchó la voz de Estailus al otro lado de la línea.
-¡Aquino! -dijo él, sorprendido y feliz-. ¿Cómo estás?
Ambos comenzaron a hablar, y aunque la conversación fluyó al principio, pronto se hizo evidente que había una distancia entre ellos. Aquino trató de no mostrar su tristeza, pero Estailus, al otro lado, parecía distante. Habló sobre su nueva vida, las personas que había conocido y cómo había dejado atrás el pasado. Era como si la conexión que alguna vez compartieron se estuviera desvaneciendo.
Después de colgar, Aquino sintió una profunda tristeza. Se dio cuenta de que Estailus había cambiado, y esa parte de su vida que una vez fue tan vibrante ahora parecía un recuerdo lejano. Las semanas pasaron, y la soledad comenzó a pesarle. Se pasaba las noches sentado en su sofá, envuelto en una manta, esperando que su teléfono sonara, aunque en el fondo sabía que eso probablemente no sucedería.
Un día, mientras revisaba sus fotos antiguas, encontró una en la que ambos sonreían, con el horizonte de la ciudad de fondo. Fue un momento hermoso, y una idea le cruzó la mente. Decidió enviarle un mensaje, un último intento de reconectar. Escribió: "Te extraño. A veces, me pregunto si aún piensas en mí".
Esperó ansiosamente su respuesta, pero los minutos se convirtieron en horas y las horas en días. Finalmente, recibió una notificación. Era una simple respuesta: "Gracias. Espero que estés bien". Esa frase, tan fría y distante, lo hizo sentir que había perdido a Estailus para siempre.
Con el tiempo, Aquino aprendió a vivir con el dolor de su ausencia. Aunque el teléfono no sonaba como antes, comenzó a encontrar consuelo en sus recuerdos. Empezó a escribir canciones sobre su amor perdido, usando la tristeza como inspiración. Cada vez que tocaba una melodía, su corazón se aligeraba un poco más, convirtiendo el dolor en arte.
Aunque nunca más volvieron a estar juntos, Aquino entendió que a veces, el amor no se trata de estar físicamente presente, sino de llevar a esa persona en el corazón. Así, aunque Estailus no formaba parte de su vida diaria, siempre sería una parte importante de su historia, un eco de lo que alguna vez fue.
Se me están acabando las ideas, denme por favor.😭😔👊
Que les parece la portada de Falofilia?, la cambio si quieren 👻
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𝙾𝙽𝙴 𝚂𝙷𝙾𝚃𝚂 જ⁀➴ 𝙰𝚚𝚞𝚒𝚗𝚘 𝙱𝚘𝚠𝚕 (𝙽𝚘 +𝟷𝟾)๋࣭⭑
RomansNunca pensé en escribir un libro, espero y les guste.