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SEHUN

Salí de casa de ChanYeol con tiempo suficiente para hacer algunas compras de camino a casa, ducharme y estar en casa de mis padres para cenar.

No había planeado pasar la mayor parte de mi fin de semana con él, pero no estaba enfadado por eso.

De hecho, me gustó un poco.

Y cuando había estado tan nervioso al preguntarme si quería volver a su casa… ¿Cómo podría decir que no? Fue dulce.

Era dulce, lo quisiera o no. Le gustaba ser abrazado, quisiera admitirlo alguna vez o no. Le gustaba la compañía, por mucho que el viejo ChanYeol lo discutiera.

¿Pero este nuevo ChanYeol? Y era un nuevo ChanYeol. Ya no era el imbécil frío y distante que había pretendido ser. Al menos no conmigo.

Y no me enfadó que BaekHyun supiera de nosotros. Eso también me gustó.

Había menos presión, menos estrés, y confiaba en que BaekHyun guardaría el secreto por el bien de ChanYeol. Y creo que parte de ChanYeol necesitaba que BaekHyun lo supiera.

Había cumplido con algunos temas personales en las últimas semanas. Primero le dijo a su hermana que era gay, después BaekHyun se enteró de lo nuestro…

Había escuchado la mayor parte de su conversación telefónica. Había sido difícil no oírlo estando él sentado entre mis piernas.

Había oído a BaekHyun admitir que yo no era un imbécil, que le gustaba cómo lo había cuidado. Lo escuché decir algo sobre una relación y luego lo escuché decir: “Está coladísimo por ti” y mi corazón casi se detuvo. Esperaba que ChanYeol se pusiera a la defensiva o incluso se enfadara.

Al menos lo negara.

Pero se limitó a negar con la cabeza, con las mejillas rojas.

Luego hizo un puchero, ese perfecto labio inferior, el color aun calentando sus mejillas, y maldito fuera…

Cada parte de mí lo deseaba.

Mi polla siempre lo quería. Eso no era nada nuevo. Pero ahora mi corazón lideraba la carrera. Sabía que él nunca estaría preparado para darle un nombre a esto que había entre nosotros. BaekHyun había dicho relación, y a mí me encantaría llamarlo así. ChanYeol lo había llamado un acuerdo, y lo era.

Supuse que todas las relaciones eran una especie de acuerdo. Pero ya habíamos superado con creces la etiqueta de enemigos con beneficios.

Había sido su yo profesional habitual en la reunión de encargados del lunes por la mañana, como si no hubiera tomado mi polla durante horas el día anterior, como si no me hubiera rogado que me corriera dentro de él, y me decepcionó que fuera frío. Le pedí una reunión privada después. Pero él vino a mi casa el miércoles por la noche en lugar de que yo fuera a la suya. Volvimos a preparar la cena, que fue básicamente una hora de juegos previos, y después de comer, lo llevé a mi cama donde lo volví loco, mapeando su cuerpo, tomándolo tortuosamente despacio mientras exprimía cada gota de placer de él.

El sábado, después de nuestros partidos de rugby, todos los equipos regresaron a nuestro pub local. JongIn, los chicos y yo, ya estábamos allí, casi todos borrachos y alborotadores. Estaba sobrio y me reía de sus estúpidas tonterías cuando entraron los chicos de Lane Cove.

BaekHyun entró con ChanYeol un paso detrás de él e hice lo mejor que pude para ignorarlos. Los ojos de BaekHyun se encontraron con los míos, le di un pequeño asentimiento y me di la vuelta.

Después de un rato, JongIn me dio un empujón en el hombro.

—¿Qué hiciste?

—¿A quién?

𝐄.𝐂.𝐁 || 𝒔𝒆𝒚𝒆𝒐𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora