14. El peso del tiempo

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Casa de Darío, Berazategui

La mañana entró tímida a través de las cortinas, y Darío despertó con una sensación renovada de optimismo. Estaba decidido a aprovechar cada día, a trabajar en sí mismo, no solo para recuperar a Adam, sino también para ser el padre que Ainhoa necesitaba. Sabía que sus viejos hábitos y distracciones lo habían alejado de quienes amaba, y no estaba dispuesto a repetirlos.

Darío miró el celular: su dedo tamborileaba cerca del nombre de Adam en Instagram. Aún no había respuesta alguna, pero él sabía que un movimiento precipitado podía arruinar cualquier oportunidad. Decidió entonces que, antes que actuar, su mayor prueba sería esperar.

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Apartamento de Adam, Núñez

El día de Adam comenzó entre las risas de Ainhoa y el café que burbujeaba en la cocina. Tomando su taza, se sentó frente a la ventana, sumido en sus pensamientos. La charla con Milton continuaba dándole vueltas. Había desbloqueado a Darío, sí, pero ese simple acto no implicaba que su corazón estuviera listo para perdonar.

Miraba las fotos de su hija en el celular y pensaba en todo lo que había dejado pasar. Los recuerdos se entrelazaban con las dudas: el miedo a volver a confiar en Darío se mezclaba con la ternura de las veces en que él había sido su refugio.

Y también recordaba el motivo por el cual, cuando tanto Boca Juniors como River Plate se disputaban el ficharlo, por qué eligió al club millonario antes que al xeneize (a pesar de que su hermano le advirtió que no tomara partido por ninguno de los dos bandos, para evitar "ganarse enemigos"). En otro momento de la vida, sin dudas habría elegido jugar en Boca, para estar aún más cerca de su alfa; en cada entrenamiento, en cada partido. Pero si eligió jugar en River, justamente fue una "mini venganza" hacia su ex, porque sabía lo mucho que su alfa ama a Boca, y por esas épocas, fue cuando se hizo conocida la noticia de su infidelidad con Barón.

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Calles de La Boca

Darío aprovechó el domingo para visitar a uno de sus lugares en el mundo: La Boca, con el objetivo de dar una caminata por el barrio. Con las manos en los bolsillos y el viento frío acariciándole el rostro, dejaba que cada paso le diera un respiro. Sus pensamientos volvían una y otra vez a las palabras de Milton y a lo lejos que ahora se sentía de aquella impulsividad que lo había lastimado tanto a él como a Adam. Estaba dispuesto a cambiar todo de sí  mismo con tal de recuperar a sus dos amores.

Al pasar por la cancha de Boca, se detuvo. Recordó las veces que Adam y Ainhoa lo habían alentado desde las tribunas. Verlos allí había sido su mayor orgullo, y hoy esa imagen le pesaba, pero también le daba fuerzas. Sabía que su camino hacia la redención sería lento, pero también estaba dispuesto a recorrerlo.

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Apartamento de Adam, noche

Esa noche, Adam acostó a Ainhoa en su cama. La pequeña se durmió rápidamente, y él se quedó mirándola, perdido en el sonido de su respiración pausada. Se preguntaba si algún día podría darle a su hija una familia completa, una en la que ambos pudieran compartir su amor, sin grietas.

Tomando su celular, revisó las notificaciones. Notó el seguimiento en Instagram de Darío y su corazón dio un salto. Era un gesto pequeño, sí, pero que lo dejaba con una extraña mezcla de nervios y esperanza. No podía evitar preguntarse si ambos estaban destinados a cruzar de nuevo sus caminos.

Me dediqué a perderte (Benedetto x Bareiro) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora