Era una mañana tranquila y fresca, el sol se sentía cálido y fresco, haciendo que las calles de Fontaine estuvieran llenas, algo le daba curiosidad por esta gente, más de la "gran" cocinera que tienen por ahí. Se había enterado gracias a uno de sus hijos que estaba de cumpleaños hoy en la noche, esperando encontrarla luego para poder hacerle el cumpleaños a su hijo.
Furina estaba haciendo su trabajo, recibiendo las recetas de los clientes que le llegaban, al parecer era muy famosa en Fontaine ya que sus pasteles y caramelos tenían un sabor único, estaba algo cansada pero feliz de hacer su trabajo, cuando ya terminó de hacer la orden del cliente se lo llevó en una bolsita azul marino con destellos dorados.
-"Tome, ¡Aquí esta su pedido mi estimado cliente!" Hablo con una voz muy carismática y alegre, hoy le estaba yendo muy bien ya que Fontaine se estaba llenando de gente por el calor y las bellas playas que habían ahí, su pastelería se llenaba por la gente que venía y habitaba ahí. Cuando ya lo terminaba de atender vino una mujer alta de apareciencia aterradora, cuando Furina la vio se quedó paralizada, sintió algo muy raro en aquella mujer que llegó a la pastelería, trataba de hablar pero le era muy imposible, el miedo la estaba acechando. "¿N-necesita algo...?" Su voz era muy baja que apenas se escuchaba por el ruido fuerte que había en las calles.La mirada de la mujer veía el alma de Furina, era penetrante y aterradora... Además parecía alguien sacado de una película de terror, pero quizá tan solo estaba imaginando por su falta de comida en su estómago. La estaba atendiendo algo fácil, ya que por los nervios y el miedo le era imposible hablar bien, solo tartamudeaba y hablaba con una voz de muy bajo tono. Dio un gran suspiro y hablo alto por fin, preguntándose porque sentía esa sensación tan rara cuando veía a la mujer. -"¿N-Necesita algo señorita?" Hablo amablemente, tratando de no llorar en público. Vio que la mujer se quedó viendo los pasteles y dio un gran suspiro, pensó que ella iba a asaltarla o algo más... Pero derrepente empezó a sentir otra vez esos nervios acompañados de una pequeña ansiedad, trato de calmarse un poco mientras se quitaba los cueros de los dedos. -"¿Ya decidió algo mi querida c-cliente?" Oculto sus manos detrás de ella, viéndola con temor.
-"Quiero este pastel, señorita." La mujer le había hablado y su voz... ¡Era bonita! Un pequeño rubor aparecia en sus mejillas mientras trataba de encontrar el pastel que le había dicho la mujer que estaba parada viéndola con una mirada fría y estoica. Sacó rápidamente el pastel para dejarlo en la mesa blanca que siempre sostiene la comida.
-"¿El precio del pastel...?" Furina salio de su burbuja haciendola dar un pequeño salto, ahora si que estaba nerviosa al máximo, trato de buscar el precio del pastel rojo con pequeños brillos azules y blancos como las nubes, vio en la nota y hablo tratando de sonar normal. -"Son 14,200 pesos..." Cuando hablo del precio el rostro de la mujer parecía estar normal, totalmente... El pastel no era tan caro como otros que tenia por ahí. Al ver que ella sacaba algo de su bolsillo se alarmó un poco, pensando en que este sería su fin, pero al ver que solo sacaba el dinero dio un suspiro calmado, cuando le estaba dando el dinero se dio cuenta de algo muy raro en la mujer, ¿Acaso...? ¿Sus manos eran de color negro como el carbón? ¿Acaso estaba imaginando? Empezó a tiritar mientras trataba de agarrar el dinero. -"Eres lenta, toma el dinero." Al ver que la mujer se daba la vuelta para irse dio un gran suspiro para después agarrar las monedas y billetes tranquilamente, al parecer le había causado molestias por estar nerviosa frente a ella, solo quería descansar en su casa y dormir un rato....Ya habían pasado como siete horas de trabajo, porfin podría irse a su hermoso edificio arrentado... Cuando iba en camino hacia su habitación vio unos niños jugar afuera en la calle pintada, dio una pequeña sonrisa cálida al verlos jugar, entró a el edificio tratando de no hacer tanto ruido para no molestar a los vecinos que tenía, cuando iba subiendo las escaleras noto que había un humo de cigarro y un par de cenizas por las escaleras, cuando iba subiendo con cuidado vio a... ¿¡La misma mujer que había atendido!? Se sorprendió al verla sentada mientras fumaba, se dio cuenta de un detalle muy raro en ella, sus brazos y piernas estaban de un color negro, pensó que eso no era normal y que tal vez ella era un tipo de vampiro o demonio que habitaba ahí. Retrocedió con miedo pero al darse cuenta que la mujer con apariencia masculina la miraba con ojos fríos y penetrantes, su alma casi se le salia de su pobre corazón, al ver que ella se paro y se dirigía a ella sentía que en algún momento se desmayaria por el miedo que tenía. -"¿¡Q-que haces a-aqui!?" Le habló Furina con un poco de miedo en su voz, solo estaba pensando que ella sabía en donde vivía y que algún día podría cometer un homicidio, no quería pensar en esas cosas en estos momentos, pero su miedo la hacia imaginar cosas que no debería. -"¿Que dices...? Yo vivo aquí." Al escuchar eso se quedó sorprendida, nunca la había visto por el edificio o en la junta de vecinos, era primera vez que la veía ahí.
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Más que un simple pastelillo morado.
Romanceholii, esta es mi primera historia y es de Furina x Arlecchino. En este AU no hay visiones ni arcontes, lo cual lo hace un mundo "normal". Arlecchino y Furina viven juntas, lo cual se preguntaran, ¿No que las dos se odiaban? Pues... Es un AU, aquí...