𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐬𝐞𝐢𝐬.

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“Dejaste mi mente hecha un caos”

Tal vez parecía un hermano celoso, pero tenía sus razones para vigilar las cámaras de seguridad de la entrada y así asegurarse de que Sae no estuviera saliendo con aquel “imbécil”; la principal razón: Ese sujeto no le cayó para nada bien

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Tal vez parecía un hermano celoso, pero tenía sus razones para vigilar las cámaras de seguridad de la entrada y así asegurarse de que Sae no estuviera saliendo con aquel “imbécil”; la principal razón: Ese sujeto no le cayó para nada bien.

Rin sentía sueño y algo de hambre. Debió aceptar pedir una pizza con Isagi, pero no lo hizo; ahora su estómago pagaba las consecuencias. Sin embargo, eso pasó a segundo plano cuando sus ojos adormilados presenciaron la llegada de Sae y, como lo temía, su hermano tenía como acompañante a ese tipo de cabello puntudo. Sintió su sangre arder al notar cómo su frío hermano hablaba más animado de lo normal con ese tipo.

Mientras tanto, sin saber que eran observados, Sae se burlaba del mal inglés del mayor, quien reía alegremente ante las bromas sin malas intenciones del pelirrojo.

—Podrías ayudarme a mejorar mi pronunciación algún día”, sugirió con su típica sonrisa.—Me encantaría tenerte como profesor.—utilizó su tono coqueto.

—Lo pensaré.—se limitó a responder.

Un silencio llegó después de eso y sus miradas se cruzaron una vez más, turquesa versus rosa, una batalla que lograba hacerlos desconocerse, sobre todo a Sae, quien sentía su cuerpo tensarse y emocionarse ante aquella suavidad que los iris ajenos desprendían. Eran como dos pequeñas estrellas que lograban deslumbrarlo sin mucho esfuerzo.

—Bien, es hora de irme.—su voz hizo que el pelirrojo dejara sus pensamientos de lado.

—Ten cuidado al regresar.

—¿Te preocupas por mí?.

—Tal vez.—el otro rió.

&Me alegra oír eso.—Luego de hablar, se acercó al menor con la intención de robar un beso, pero el otro fue más rápido y plantó sus labios en la mejilla derecha del rubio.

Una sensación agradable recorrió el cuerpo de Ryusei y, como si se tratase de una colegiala enamorada, las famosas mariposas aparecieron en su estómago.

Sae separó sus labios de manera lenta y solo se dio media vuelta. Introdujo la llave en la perilla, la puerta se abrió y luego solo entró.

—¡Nos vemos mañana,pequeño demonio!.—se despidió moviendo su mano mientras estaba de espaldas.

—Descansa, pestañas lindas.—dijo con voz delicada.

Luego la puerta solo se cerró y Shidou se marchó feliz de haber recibido aquel gesto inesperado. Tocó su mejilla estando en su auto y solo sonrió cuando llegó a la misma conclusión de siempre: Sae Itoshi había robado su corazón.

Mientras el rubio reafirmaba sus sentimientos aún más, Sae sentía su ser hecho un caos. El pelirrojo tocaba sus labios mientras una pregunta carcomía su mente.

Más que deseo ||Ryusae||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora