Estados Unidos de América.
Las llantas de las camionetas de investigación de la Agencia de Emergencia Espacial y los camiones con militares de la base 45H rasparon el asfalto de manera agresiva una vez que arribaron al lugar exacto donde había aterrizado aquella nave extraña.
Investigadores y soldados bajaron de sus unidades con velocidad y se posicionaron en forma de luna para rodear a aquellos seres extrasolares, algunos de ellos apuntándoles con sus armas por sí intentaban atacar.
— ¿Quiénes son? Lucen demasiado extraños...— susurró un militar hacia su compañero, sosteniendo su arma con firmeza.
— No tengo ni puta idea. Pero no son refugiados, definitivamente.— afirmó su compañero colocando su ojo al puntero del arma que llevaba consigo pudiendo ver mejor a esos enormes hombres con armaduras extrañas.
Por su parte, los Trobianos se mantuvieron firmes y expectantes a pesar de que estaban siendo apuntados con diversas armas.
Uno de los investigadores de la AEE decidió acercarse unos metros más de la posición en la que se encontraban a la par que sostenía una go pro en su mano izquierda.
— Buenas tardes.— saludó sintiéndose un poco estúpido por dicha acción.— Solicitamos de manera urgente su identificación y las intenciones de su llegada— tragó saliva al ver que el líder de aquel grupo ladeaba su cabeza, intimidándolo.— Se encuentran en el planeta Tierra, perteneciente a la raza humana, es importante mencionar que...
— No obedecemos ordenes de personas como ustedes, solo de nuestra reina.— comentó con simpleza el líder Trobiano, dando un paso hacia adelante colocando su mano en la vaina de su cadera derecha, dispuesto a sacar su espada, provocando que los soldados colocaran sus dedos en los gatillos y tragaran saliva.
Tenían un mal presentimiento.
— Repito la indicación.— el investigador mantuvo su voz firme y alzó su mirada con detenimiento.— Deben identificarse, de otro modo, serán sometidos a...
Su oración fue interrumpida por el líder Trobiano que, en un solo segundo, ya se encontraba cara a cara frente a él, sorprendiendo a todos los presentes, provocando que abrieran sus ojos de golpe.
— ¿Qué mierda?— pronunció con voz temblorosa, tratando de dar un paso hacia atrás para romper esa incomoda cercanía pero el Trobiano tomó su cara con la palma de su mano y lo alzó en el aire como si se tratara de una pluma.
— ¡Ah-ah! ¡Bájame!— pronunció el investigador moviendo las piernas de un lado a otro en un intento de zafarse; los militares tensándose y preparándose para un posible ataque.
— ¡Te ordenamos que lo bajes inmediatamente sino quieres sufrir las consecuencias!— gritó el caudillo de los militares.— ¡Sí provocas algún accidente cada uno de ustedes serán encarcelados!
El Trobiano ladeó su cabeza en dirección al caudillo y sonrió de lado, aún sosteniendo la cara del investigador con firmeza, ignorando cada uno de sus gritos para que lo soltara de una buena vez.
— Lo repito.— miró hacia los demás Trobianos que observaban todo con rostros relajados.— Nosotros solo obedecemos indicaciones de nuestra reina.— sonrió de lado y centró su atención en el señor frente a él.— Y está es la primera indicación que tenemos.
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Gliese - Kookmin (+18)
FantasiEscapando de su hogar por culpa de una guerra, el príncipe Jimin y su gente llegan a un planeta completamente desconocido llamado Tierra. El pelirosa se promete a sí mismo no tener ningún tipo de relación con nadie en aquel lugar, sin embargo, el pr...