Richard Rios
La tarde caía lentamente, y el sol se desvanecía tras los edificios, tiñendo el cielo de un tono dorado que solo intensificaba la ansiedad que sentía en mi pecho. Había pasado días pensando en Tatiana y en cómo la distancia que habíamos puesto entre nosotros había comenzado a desgastarme. Necesitaba hablar con ella, pero no solo de lo que pasaba. Había algo más que quería explorar, algo que no se limitaba a palabras.
Después de nuestra última conversación, la conexión que compartíamos parecía más frágil que nunca. Sin embargo, sabía que había algo poderoso entre nosotros, un fuego que no podía ignorar. Mientras me acercaba a su casa esa noche, la anticipación creció en mi interior. Sabía que tenía que ser audaz.
Cuando llegué, el ambiente estaba tranquilo, y las luces de su hogar se filtraban a través de la ventana, creando un cálido resplandor. Golpeé suavemente la puerta, y en un instante, Tatiana apareció. Su rostro iluminado por la luz interior, y por un segundo, sentí que todo en el mundo se detuvo.
—Richard, hola —dijo con una sonrisa que, aunque contenía un matiz de timidez, iluminó mi corazón.
—Hola, Tati. ¿Puedo pasar? —pregunté, sin poder ocultar la urgencia en mi voz.
Ella asintió y me dejó entrar. La atmósfera era acogedora, con el suave aroma de las velas encendidas y una melodía suave sonando de fondo. A pesar de la tensión que aún sentía, había algo tranquilizador en el ambiente.
—Quiero hablar sobre lo que ha pasado entre nosotros —comencé, buscando las palabras adecuadas.
—Sí, yo también —dijo ella, tomando asiento en el sofá, mirándome con una mezcla de curiosidad y expectación.
—He pensado en lo que dijiste sobre necesitarnos un tiempo. Y entiendo que las cosas han sido complicadas —continué, tratando de sonar firme.
—Sí, pero también he estado pensando en nosotros, en lo que realmente siento por ti —confesó, y su voz tembló ligeramente.
Los nervios que sentía se disiparon un poco, y tomé un respiro profundo.
—Tatiana, tú eres especial para mí. Lo que tenemos es real, y no quiero perderte. Me doy cuenta de que no podemos dejar que lo que digan los demás nos afecte. Necesitamos ser nosotros mismos —dije, sintiendo que la intensidad de mis palabras se intensificaba.
Ella me miró a los ojos, y por un momento, el silencio se llenó de una energía palpable. Nos acercamos un poco más, como si la gravedad nos atrajera.
—Richard, lo sé. Pero a veces me asusta. Este tipo de relación… es diferente, intenso. Y no estoy segura de si estoy lista para todo eso —su voz era suave, casi como un susurro.
Sin pensarlo, me incliné hacia ella, buscando su beso. Nuestros labios se encontraron con una mezcla de suavidad y urgencia. Era un beso que hablaba más que mil palabras, un encuentro que encendía todas las pasiones que habíamos reprimido.
Tatiana se separó un poco, y su mirada era intensa.
—Richard, esto… —empezó a decir, pero no dejé que terminara.
La atraje hacia mí nuevamente, sintiendo cómo nuestras bocas se encontraban en un juego de deseo. Mi corazón latía con fuerza mientras sentía su cuerpo más cerca del mío. Sus manos se deslizaron a mi cuello, y yo rodeé su cintura con mis brazos, intensificando el beso.
Las manos de Tatiana recorrieron mi espalda, mientras yo bajaba lentamente la cabeza, besando su cuello con ternura. Sus gemidos suaves eran música para mis oídos, y sentí cómo el deseo nos envolvía, como si el mundo exterior desapareciera.
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THE BAD BOY - Richard Rios
FanfictionUn amor apasionado se enfrenta a la traición, donde cada decisión puede llevar a la reconciliación o a la ruptura.