Era una tarde soleada, y Jake decidió llevar a Gabs, la gatita de la casa, al parque. Mientras la pequeña felina exploraba, Jake caminaba tranquilo, disfrutando del aire fresco. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que un chico, joven y bastante amigable, se acercara a ellos con una sonrisa encantadora.
— ¡Qué gatita tan bonita! —dijo el chico, inclinándose para acariciar a Gabs—. No se ven muchos gatos con correa. Me llamo Nico, por cierto.
Jake sonrió, siempre amable.
— Gracias, Nico. Ella es Gabs, y sí, no es la típica gatita hogareña. Tiene un espíritu libre, como su dueño.
Nico sonrió y se acercó un poco más a Jake, inclinándose de manera que parecía un poco demasiado intencional.
— Entonces, ¿es un paseo casual o es algo que haces seguido? Me encantaría venir al parque contigo alguna otra vez.
Jake soltó una risa incómoda.
— Bueno, suelo venir solo con Gabs, pero... eh...
A unos metros de distancia, Tom estaba patrullando el área con su compañera Luzia. Al ver a Jake, sonrió, pero su expresión se tornó rápidamente oscura al notar la situación. Allí estaba su novio, y ese desconocido estaba claramente coqueteándole.
— ¿Quién es ese tipo? —murmuró Tom, apretando los dientes.
Luzia arqueó una ceja, tratando de contener una sonrisa.
— Parece un admirador, ¿no crees? Quizá deberías ir a saludar.
Antes de que ella terminara la frase, Tom ya estaba caminando con pasos firmes hacia Jake y Nico. A medida que se acercaba, su rostro mostraba una mezcla de enojo y determinación. Cuando llegó a ellos, su voz sonó más seria de lo usual.
— Disculpa, ¿te conozco? —dijo, dirigiéndose a Nico con una mirada intensa.
Nico, algo sorprendido por la interrupción, respondió con una sonrisa tensa.
— No, no creo. Estaba charlando con Jake, ¿verdad, amigo?
Jake miró a Tom, notando la chispa de celos en sus ojos.
— Tom, solo estábamos hablando. Nico es... un chico simpático.
— "Simpático", sí, claro —dijo Tom, cruzándose de brazos y mirando a Nico de arriba abajo—. Bueno, Jake suele ser muy amable... con todos.
Nico soltó una risa incómoda.
— Eh... sí, creo que... ya debería irme. Nos vemos, Jake.
Pero antes de que Nico diera un paso, Tom le lanzó una mirada helada.
— Creo que no. Nos vemos no es algo que él haga con desconocidos.
Nico, sin saber cómo reaccionar, finalmente se dio la vuelta y se alejó en silencio. Cuando estuvo lo suficientemente lejos, Jake soltó una risa divertida.
— Vaya, ¿qué fue eso, oficial? ¿Acaso eres el protector del parque ahora?
Tom resopló, intentando mantenerse serio, pero la leve sonrisa en sus labios lo traicionaba.
— ¿Es que no viste cómo te estaba mirando? Como si... bueno, como si tú fueras algo que podría conquistar así, tan fácil.
Jake soltó una carcajada, sin apartar la mirada de Tom.
— ¿Y qué tiene eso? No me pareció tan mal, de hecho. Es bueno saber que todavía puedo atraer a alguien más.
Tom soltó un suspiro exagerado y se pasó una mano por el cabello.
— ¿"Alguien más"? Vamos, Jake, ¿en serio? ¿No sabes cómo me vuelves loco?
Jake sonrió con un toque de picardía, disfrutando de ver a Tom así de territorial.
— Bueno, si eso te molesta, quizá deberíamos quedarnos en casa... solos... con Gabs.
Tom sonrió, su mirada perdiendo el enojo y tornándose más cálida. Sin decir una palabra más, rodeó a Jake por la cintura y lo acercó a él, dejando claro quién era el único que tenía ese derecho.
— Tienes razón —murmuró Tom, acercándose lentamente—. Pero, por si alguna duda persiste... te haré saber que eres mío. Solo mío.
Jake se dejó llevar, susurrando entre risas.
— Entonces, demuéstramelo, oficial.
Tom lo besó profundamente, dejando claro en cada segundo lo mucho que significaba Jake para él. Luzia, que observaba desde lejos, rodó los ojos con una sonrisa.
— Y así, la justicia del amor es servida.
Fin
*Nico es un personaje inventado