𖤐 prologue: kool kids

466 43 113
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

JJ Maybank siempre fue el más intrépido de su grupo, aquello era indiscutible, quizás porque nunca se detenía a pensar dos veces la mayoría de las cosas que estaba a punto de decir, mucho menos medir las consecuencias de sus acciones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

JJ Maybank siempre fue el más intrépido de su grupo, aquello era indiscutible, quizás porque nunca se detenía a pensar dos veces la mayoría de las cosas que estaba a punto de decir, mucho menos medir las consecuencias de sus acciones. Cuando tenía un plan en su cabeza solo había un resultado donde todo resultaba a su favor, era mejor verlo de esa manera, así no sentía el temor como Pope, quien era la molesta voz de la razón sobre su hombro advirtiendo que la posibilidad de que algo podía salir mal los perseguía a todas partes, un recordatorio constante que en cualquier momento todo se derrumbaría, y en ocasiones, el riesgo desmedido al final no valía la pena. Esa fue la principal razón por la que solo John B y él sabían lo que estaba a punto de suceder.

El Island Club era un lugar exclusivo para miembros Kooks, el sitio más privados que ofrecía Outer Banks donde cada familia necesita más que dinero para poder pertenecer, era necesaria una reputación intachable, referencias de otros Kooks con influencia, ser activos en la comunidad, en resumen; arrastrarse por encajar.

──¿No te parece un tanto extraña esta reunión? ──preguntó John B observando desde una distancia más que prudente la finca. La noche había caído sobre Outer Banks resaltando las luces cálidas brillando la terraza, una ironía desagradable, ya que la gente de El Corte aún no tenía luz ni agua en sus hogares desde que el huracán destruyó gran parte del lado sur.

──No. Es una fiesta de verano que hacen todos los años por más jodida que esté la isla.

Tampoco era un gran secreto que los Kooks eran capaces de inventar cualquier excusa para celebrar, reunirse y despilfarrar su dinero.

──Ponte esto ──John B le pasó una camisa blanca un tanto arrugada, lo más probable que no era de su talla, pero era lo más elegante que tenían disponible──. Maldición, ¿estás seguro? Es la maldita boca del lobo.

──Un momento, ¿crees que me da miedo un grupo de Kooks? ──preguntó Maybank burlándose. Sabía que John B tenía razón en su advertencia, pero ya estaban ahí, devolverse a El Chateau era sin dudas el acto más cobarde que podían hacer──. Si te sirve de algo, intentaré ser cuidadoso.

borderline  ☼  jj maybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora