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Eijiro observaba su nuevo cuarto con emoción, agradecido por tener un espacio propio en la mansión donde ahora viviría. Su madre, aún entusiasmada por la mudanza, le hablaba con cariño mientras ayudaba a organizar sus pertenencias.

-Este es tu nuevo cuarto, hijo- dijo con alegría, sosteniendo una caja llena de cosas. -Agradece a los jefes que te dieron tu propia habitación.

-¡Si, mamá!- respondió Kirishima, dejándose caer finalmente en su cama después de un día agotador de mudanza. Curioso, preguntó -¿Y dónde está mi ma?

-Ella está en la cocina, ya sabes cómo necesita habituarse a su nuevo espacio de trabajo-, explicó su madre.

-Me alegra que hayan conseguido trabajar en el mismo lugar -, comentó el pelinegro con una sonrisa dirigida a la mayor.

-Me alegra que estés aquí con nosotras-, respondió su madre con una sonrisa, desordenando amorosamente el cabello de su hijo. -No puedo creer lo mucho que has crecido tanto en poco tiempo, no podía permitirme no verte crecer aun mas- agarro suavemente su nariz de una manera juguetona -Ya hasta me pasaste de tamaño, condiderando todo lo que comes, es bueno que sea así.

-¡Y-Ya! mami no soy un niño- Se quejo el menor sonrojándose un poco, aunque le daba un poco de vergüenza adoraba como sus madres lo querían tanto.

-Adivina qué hijo, hay una piscina en la mansión- Anuncio su madre con una sonrisa cómplice, mientras acariciaba con ternura el rostro del menor -Me aseguré de que puedas usarla cuanto quieras.

-¡Queee !- Eijiro salto de su sitio emocionado abriendo los ojos tanto como pudo dando brinquitos en el proceso - ¡Gracias mami!- de pronto se abalanzo en un abrazo cargando a su madre con facilidad -Muchas gracias por apoyarme siempre- Le dio un beso en la mejilla antes de salir corriendo en busca de la piscina, dejando en su madre una sonrisa de orgullo.

(...)

Katsuki estaba en su habitación mientras hablaba por teléfono con su madre.

-Recuerda tener notas perfectas en todas tus asignaturas, ya tengo suficiente con la forma en la que te vistes- la voz de Mitsuki sonaba monótona, como si la frase fuera un mantra repetido incontables veces. -Hay una nueva ama de llaves, ella nos mantendrá al tanto de tu desempeño en general, no quiero errores-, la voz de su madre sonó dura, transmitiendo tensión en la habitación.

-¡ES MI MALDITO PROBLEMA SACAR O NO BUENAS NOTAS!- El rubio eufórico vocifero en el auricular del teléfono -¡De todas maneras seré el primero en clase como siempre, maldita bruja no me digas lo que ya se!

-¡SI FUERA ASI NO NOS DARIAS TANTOS PROBLEMAS!- Su madre no se tardo en responder -Además, es lo mínimo que tienes que hacer después de todos los problemas que nos causas.

Cada llamada con su madre dejaba a Katsuki con una sensación de vacío y rigidez, como si estuviera siendo evaluado constantemente. -Si, lo hare madre- respondió con rigidez en la voz y un nudo formándose en la garganta. La conversación terminó abruptamente, sin espacio para expresiones más cálidas, esa era la dinámica de siempre.

El rubio salió de su habitación, apretando su entrecejo intentando calmarse, mientras pensaba en toda la carga de expectativas y demandas que tenia en los hombros. Por ello, se dirigió hacia la piscina, el único lugar donde podía pensar claramente, al llegar al lugar se sentó en la orilla contemplando el agua, sumido en pensamientos y emociones.

Cuando de repente, una voz interrumpió sus reflexiones. -¡Hola!- un joven bien parecido apareció por detrás, pero la sorpresa hizo que Bakugo se sobresaltara y cayera al agua.

-Oh, por...- Kirishima se lanzó al agua con habilidad y rapidez para salvar al joven que luchaba por mantenerse a flote. Tras sacarlo a la superficie el pelirrojo se encontró con la mirada del rubio, una mirada roja como el fuego vio como ese extraño estaba enojado, sintió que lo consumía y que el tiempo se detuvo algunos segundo, un sentimiento extraño nació en su pecho.

-Agh déjame- Bakugo se separo toscamente del mas alto, casi como si quemara el contacto, luego con dificultad salió de la piscina, tosiendo un poco espero que el pelirrojo saliera de su trance y se encontrara el la orilla con él. -Tú, ¿Quién mierda eres?- pregunto inclinado sobre si mismo y recuperándose aun -¿Cómo llegaste hasta aquí?

-S-Soy Eijiro, Eijiro Kirishima- respondió con una sonrisa avergonzada, sintiendo el calor en sus mejillas.- Mis madres comenzaron a trabajar a-aquí.

-Eres el hijo de la nueva ama de llaves y la chef- Katsuki se incorporó, apretándose las sienes aguantando la rabia, al mirar por ultima vez la sonrisa del mas alto se enfureció al sentir que su cuerpo estaba mojado y sentía frio -Tsk, me largo de aquí- Con pasos pesados y mojados se dispuso a salir maldiciendo por lo bajo de la incomodidad.

-¡Espera!- Kirishima agarro el hombro del mas bajo para detenerlo -¿Cuál es tu nombre?.

-¡QUÉ TE IMPORTA MALDITO IMBECIL- Bakugo salió de la sala, dejando a un Kirishima anonadado con una extraña sensación en el pecho, evaluando las emociones que tenía en ese momento.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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𝓐𝓭𝓼𝓸𝓻𝓽𝓸 𝓮𝓷 𝓽𝓲 - KiribakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora