Armonía

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Iba esparciendo las semillas para la nueva siembra. Metía la mano en mi bolsa y simplemente tiraba las mismas a medida que caminaba. Llevaba quizás más de una mitad de hectárea cuando entre las crecientes plantas pude ver como Menma se estaba divirtiendo con Erika. Me sonreí al ver como estos se besaban y decidí apartar la mirada alejándome del lado del granero. Pensé en aquella mujer que hace meses atrás me intento seducir, sin embargo, la encontré horrenda.

Ciertamente, no tenia un lado... mas despierto, quiero decir, desde que esto comenzó, me sentí inhibido y no es para menos... no tuve un instante de descanso.

Me fui al establo y saqué a aquella yegua que creció junto conmigo. Rita es su nombre – vamos nena – palmee su cuello con suavidad liberándola un rato ve a comer por ahí – la saque del lado del campo en el cual aun no plantamos nada y me quede mirando aquellos lados un momento en profundidad.

Mis ojos disfrutaron del contraste que el sol de medio día hacia sobre la vegetación y mi cuerpo disfruto de la sombra que el único árbol lindante al establo daba.

Mi mamá trajo a mi lado un vaso de jugo de naranja recién exprimido – Hijo – me sonrió levemente siendo yo quien le devolvió la sonrisa agarrando aquello. Era ciertamente... un acierto de su parte el traer solo una jarra junto a dos vasos.

Estaba claro que Erika y Menma andaban juntos buscando soledad momentánea y ni mi madre ni yo íbamos a ser molestos.

- estaba pensando... cuando termine esto ¿Qué planeas hacer? – no supe contestar de primera por lo que, simplemente guarde silencio – podrías... buscar a alguna chica – ella murmuro de forma suave a mi lado. mire ligeramente a mi madre y ella apretó sus labios – o... bueno, no... no se si tienes otros gustos – gire mi rostro hacia ella notando que se veía contrariada.

- Mamá... - ella levanto su rostro y me sonreí - ¿piensas que puedo ser gay? – divertido le consulte aquello a ella que al verme sonreír se avergonzó al pensar de esa manera.

- lo siento – suspiro sonoramente – es... que hay tanto que... no sabemos y has estado tanto tiempo lejos que... siento que mi hijo... ha vuelto por partes - ¿era acertado decir aquello? ¿decir que yo no había vuelto de forma completa? ¿Qué había muerto en África y también en Rusia? – en este tiempo... ¿no has conocido a nadie que te haya gustado?

- había... - me debatía en mi mente si abrir mi boca o simplemente... mantener sus labios sellados – un tanque en el frente soviético – comencé a relatar aquello de forma lenta – se había cobrado varias tripulaciones... de hecho, por cada tripulación que estallaba... este pintaba una esvástica en su cañón – recordaba el color blanco con el cual las habían dibujado – lo encontramos dos semanas después, cerca de Ucrania – mi madre me escuchaba de forma atenta, sin embargo, sin entender a donde iba mi relato.

- ¿Qué... - no la deje formular su pregunta y proseguí con mi anécdota.

- los habíamos escuchado tiempo antes de tan solo verlo... ciertamente, ese tipo de tanque pesado era propenso a humear de forma excesiva – ella quizás no entendía a lo que me refería, sin embargo, ahora me dejaba hablar – Nos ocultamos en el final de un bosque... nuestro tanque apenas y se mostraba a la vista por lo que, cuando hicieron su aparición en la aldea lindante al bosque, nos encontramos de frente. No tuvimos un disparo claro por lo que, decidimos salir de entre los arboles y perseguirlo por la aldea – ella me escuchaba de forma atenta mientras mi mirada se posaba en Rita, aquella yegua de color café y pecho blanco que estaba pastando de forma calmada con los demás caballos que teníamos – dispararon muchos proyectiles mientras aprovechaban las casas para evitarnos... rebotamos un par y los demás fueron a cualquier dirección – mi madre bajo su rostro al pensar que estuve en peligro... o que quizás, ese día directamente pude no volver – entonces, cuando dispararon su ultimo proyectil, lo hicieron en movimiento. Su carga era de alto explosivo... este impacto en el interior de una casa que, al recibir la explosión comenzó a desmoronarse. Esto nos permitió tener un tiro limpio que, al golpear su tanque, lo estallo volando su torre. Su interior se incendio completamente matando a sus tripulantes – quizás, reprimí en mi anécdota detalles como... por ejemplo, el ver como uno de sus tripulantes, el conductor de ese tanque para ser preciso... salia carbonizado del interior del mismo o como los gritos de dolor de esos sujetos llenaron mis oídos por completo o como el olor del humo y el olor a carne quemada se intensificaba – Baje de mi tanque, quería acercarme a ese tanque... para tomar algún trofeo... sin embargo, algo capto mi atención – mi madre me miró fijamente – una chica quizás, de la edad de Erika – vi su sonrisa aparecer tímidamente – su cabello dorado... su piel blanca como si de porcelana se tratase... - apreté mi mandíbula levemente notando la emoción creándose en ella – su belleza era tan... - me termine quedando en silencio. No quise hablar más, no quise romper la ilusión en su rostro, no quise... dañar eso.

Alma de Hierro (NaruHina Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora