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Comienzo Del Viaje.
___________________________________Era una fría y oscura noche del 23 de diciembre, y a pesar del clima, todos celebraban la cercanía de la Navidad. Las casas y calles brillaban con luces festivas, y las risas y el calor de los abrazos parecían ahuyentar, al menos por un rato, las sombras de un año difícil. Familias enteras compartían momentos felices, intentando dejar atrás las preocupaciones y pérdidas de los últimos meses.
Entre aquellos reunidos estaba Elena Sinclair, una joven de veinticinco años originaria del Reino Unido. Tenía el cabello oscuro y ojos de un gris profundo, enmarcados ahora por un brillo melancólico. Estaba rodeada por su familia, padres y abuelos, todos compartiendo una sonrisa triste mientras brindaban en memoria de alguien ausente. La tragedia aún pesaba sobre ellos: su hermano mayor, uno de los astronautas enviados a la expedición de la NASA hacia Júpiter, no había regresado. La misión, que prometía ser un avance para la humanidad, terminó en desastre, dejando cuatro bajas y tan solo tres sobrevivientes. Para la familia de Elena, aquella herida era aún reciente e imposible de sanar.
En medio de ese abrazo familiar, el sonido de su teléfono la hizo sobresaltarse. Miró la pantalla, desconcertada de recibir una llamada justo en la única noche en la que no deseaba preocuparse por el trabajo.
-¿Sí? -Respondió, su voz apenas contenida mientras limpiaba una lágrima.
El ruido que escuchó al otro lado de la línea fue desconcertante. Reconoció la voz de uno de sus compañeros, un joven novato, pero su tono era desesperado y confuso, sus palabras entrecortadas por lo que parecían jadeos.
-¡Elena! ¡Es una locura aquí, el hospital está abarrotado! ¡No sabemos qué hacer, te necesitamos!
Elena tuvo que alejar el teléfono de su oído por el grito repentino; el pánico en su compañero era evidente, algo raro para quien había sido instruido en mantener la calma en emergencias. Tomó una respiración profunda.
-Cálmate, no entiendo nada de lo que estás diciendo. ¿Qué está pasando? -Intentó ella, esperando que el joven pudiera explicarse mejor.
-¡La sala de emergencias está llena! ¡Gente en las camillas, en el suelo, en los pasillos... todos con los mismos síntomas! No sabemos qué hacer, ¡por favor, ven rápido!
Elena sintió una punzada de preocupación. No era habitual que el hospital se encontrara en semejante caos, y mucho menos en vísperas de Navidad. Aunque su primera reacción fue querer quedarse junto a su familia, comprendió que, como doctora en jefe, su responsabilidad era estar presente.
Tras despedirse rápidamente de sus padres y abuelos, se subió a su auto y se dirigió al hospital. El camino, que usualmente estaba tranquilo, ahora parecía salido de una película apocalíptica: ambulancias cruzaban a toda velocidad en ambas direcciones, y por las aceras vio a personas agachadas o tumbadas, con expresión de dolor y dificultad para respirar.
-¿Qué demonios está pasando? -Murmuró mientras aceleraba, incapaz de creer lo que veía.
Al llegar al hospital, la escena era aún peor. Los pasillos y la sala de emergencias estaban repletos de personas en camillas, algunas tendidas en el suelo, sudando profusamente y retorciéndose de dolor. El aire estaba cargado de tensión y el sonido de gemidos y jadeos llenaba cada rincón. Al percatarse de su presencia, el joven novato corrió hacia ella, tembloroso y visiblemente abrumado.
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Un Nuevo Comienzo - Primera Parte
RandomEn un mundo donde un virus devastador convierte a los humanos en criaturas incontrolables, cuatro supervivientes de diferentes países encuentran sus destinos entrelazados en una lucha por la humanidad. Mientras se enfrentan al colapso de ciudades, l...