Capítulo 18: Un Momento de Respiro

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El entrenamiento seguía siendo extenuante, pero Hayato y las chicas habían decidido que después de semanas de trabajo duro, merecían un descanso. Aquella mañana, el grupo se reunió en el gran comedor, donde el ambiente era mucho más relajado que en los días anteriores. Las risas y las charlas ligeras reemplazaron la seriedad del entrenamiento.

Tohka, que siempre destacaba por su energía inagotable, estaba especialmente emocionada. "¡Comida! ¡Por fin un banquete después de tanto esfuerzo!" exclamó mientras servía grandes porciones de carne en su plato.

Kurumi, siempre enigmática, sonrió con su característico aire de misterio. "No puedes luchar con el estómago vacío, ¿no es cierto, Tohka?" dijo mientras se servía una pequeña porción de ensalada, manteniendo su elegancia natural. Su cabello negro recogido en dos coletas y su piel de porcelana la hacían ver tan etérea como siempre.

Origami, siempre metódica, se sentó en silencio. A pesar de la relajación del día, no podía evitar planear el próximo entrenamiento en su mente. "Es importante tener estos momentos de descanso," dijo, con su expresión seria. "Pero no debemos perder de vista nuestro objetivo."

Mientras comían, Ouka y Riho conversaban entre ellas, intercambiando pequeñas bromas sobre las sesiones de entrenamiento. Ouka era quien más admiraba la constancia de Hayato, mientras que Riho, con su usual tranquilidad, simplemente sonreía. "¿Crees que Tohka comerá todo eso?" preguntó Riho, observando con curiosidad el enorme plato de su compañera.

"Si alguien puede hacerlo, es ella," respondió Ouka con una ligera risa, cruzando los brazos mientras veía la escena.

Hayato, sentado al otro lado de la mesa, observaba a sus compañeras con una sonrisa. Después de tantos días de tensión y esfuerzo, verlas relajadas era un alivio para él. Aunque el entrenamiento había sido arduo, se sentía más unido a ellas que nunca.

Miku, por su parte, aprovechaba cada segundo para acercarse más a Hayato. "¿No crees que después de tanto trabajo nos merecemos un día en el spa, Hayato-kun~?" preguntó con su voz melódica, mientras le guiñaba un ojo.

Hayato se sonrojó ligeramente, pero antes de poder responder, Tohka intervino, aún masticando un trozo de carne. "¡Olvídate del spa! Lo que necesitamos es un día en el parque de atracciones. ¡Eso sí es diversión!"

Kurumi rio suavemente ante la propuesta de Tohka. "Siempre tan llena de energía, querida Tohka. Pero, ¿no te cansas nunca?"

Tohka se encogió de hombros. "¿Cansarme? ¡No! ¡Jamás! Además, un parque de atracciones sería una gran forma de entrenar nuestros reflejos!" Su argumento era, como siempre, una mezcla de entusiasmo infantil y lógica inusual.

Origami frunció el ceño ligeramente. "No creo que un parque de atracciones sea adecuado para entrenar, pero podría considerarse una forma de relajación física."

"¡Entonces es un trato!" exclamó Tohka, ignorando el tono serio de Origami. "¡Iremos a un parque de atracciones hoy mismo!"

Hayato, que al principio estaba renuente a la idea de un día fuera, terminó cediendo ante la insistencia de Tohka. "Bueno, supongo que no nos vendría mal algo de diversión..." dijo con una sonrisa.

Horas más tarde, el grupo llegó al parque de atracciones. Las luces brillantes y los gritos de emoción de otros visitantes llenaban el ambiente, creando una atmósfera vibrante. Tohka parecía estar en su elemento, corriendo de un lado a otro, mientras Kurumi la observaba desde la distancia con una sonrisa divertida.

El primer juego al que fueron fue la montaña rusa. Tohka y Miku subieron al frente, emocionadas por la adrenalina, mientras que Origami optó por una posición más estratégica en la parte trasera, evaluando silenciosamente cada giro y movimiento del juego como si fuera una misión de combate.

Hayato, sentado junto a Akane, que había decidido acompañarlos al último momento, miraba los rieles de la montaña rusa con cierto nerviosismo. "No pensé que esto fuera tan... intenso," admitió, ajustándose el cinturón de seguridad.

Akane sonrió suavemente. "Relájate, Hayato. Si podemos manejar ataques de enemigos, una montaña rusa no debería ser problema," dijo con confianza, sus ojos brillando con emoción por lo que venía.

Cuando el juego comenzó, Tohka y Miku soltaron gritos de emoción. Kurumi, por su parte, mantenía su sonrisa enigmática, mientras Origami seguía completamente centrada, como si estuviera evaluando cada movimiento. A lo largo del trayecto, los gritos de emoción de las chicas se mezclaban con el sonido del viento cortante.

Después de varias vueltas por los juegos más intensos, el grupo decidió detenerse un momento para descansar. Compraron algunos refrescos y se sentaron en una de las mesas cercanas, disfrutando del ambiente relajado del parque.

"¿Ves? Esto era justo lo que necesitábamos," dijo Miku, estirándose y tomando un sorbo de su bebida.

"¡Sí! ¡Esto es lo mejor!" exclamó Tohka, mordiéndole a un enorme algodón de azúcar.

Akane sonrió, contenta de ver que el día había salido tan bien. Aunque normalmente no era de participar en estas actividades, disfrutaba ver a Hayato y las demás pasarla bien.

"Es agradable tomarse un tiempo para uno mismo," dijo Akane, mirando a Hayato con una expresión suave. "A veces, en medio de todo el caos, es fácil olvidar disfrutar de los momentos simples."

Hayato asintió, sintiendo la verdad en sus palabras. A pesar de las responsabilidades y los desafíos que les esperaban, momentos como estos eran los que realmente fortalecían los vínculos entre ellos.

Kurumi, que había estado observando en silencio, dejó escapar una pequeña risa. "Parece que hemos hecho bien en tomarnos este descanso. Hayato-kun, ¿no crees?"

"Sí, supongo que lo necesitábamos más de lo que pensaba," respondió él, relajándose más de lo que había hecho en días.

El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de un naranja suave. El grupo, ahora más unido que nunca, sabía que aunque el día estaba por terminar, las pruebas que les esperaban en el futuro solo serían superadas gracias a la confianza y el apoyo mutuo que habían cultivado.

Renacimiento de un Héroe: Entre Espíritus y CaféWhere stories live. Discover now