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CAPÍTULO 18

Mara escuchó como alguien cantaba cumpleaños feliz a su lado. Estaba dormida, anoche había sido un día muy largo. Los ladridos de Champ la hicieron despertar.

—¡Felicidades Marita! —Su madre tomó su rostro y le dio un beso en la mejilla, la ojiverde hizo una mueca pero aceptó la muestra de cariño.

No era una fan de los cumpleaños por decirlo de algún modo. Siempre acababa pasando algo malo.

Su papá sostenía el pastel en sus manos. Era blanco y por encima habían letras escritas con crema pastelera azul, el color favorito de la chica. "Feliz día Mara". La castaña sonrió levemente y sopló las velas con el número dieciséis.

—Te esperamos afuera, ¿si? —Nate dejó un beso en la frente de su hija y ella cerró los ojos para luego asentir.

Bostezó y rascó la barriga de su perro varias veces, haciendo que la mascota se pusiera feliz en pocos segundos. —Quién es el perrito más lindo... Tú... sí Champ, eres tú.

Habló con aquella voz que solo usaba con su perro y luego se puso en pie para vestirse. Un bikini negro y encima unos shorts y un top de color blanco. Se ató su pelo en una trenza desordenada y salió de su habitación yendo hacia la terraza.

—Tu regalo. —Melissa señaló la bolsa que siempre reutilizaban para el cumpleaños de la menor y esta apretó sus labios mirando a sus padres agradecida.

Al abrirlo vio un par de pulseras. Siempre le hacían el mismo regalo. —Gracias, mamá.

Dijo mientras se colocaba los accesorios de hilo. Luego abrazo a su madre con cariño aunque al cerrar los ojos unos segundos recordó aquellos golpes y se separó rascando su nuca.

—Tengo que ir a coger un barco, hay una exposición en Charleston y no puedo faltar. —Melissa tomó su bolsa y después de darle un beso a Nate salió de allí.

—Ven. —el mayor de levantó dirigiéndose a la parte de atrás de la casa. Mara lo siguió confundida—. ¡Sorpresa!

L ojiverde se quedó boquiabierta. Su tabla de surf estaba tuneada. Ahora era amarilla y tenía rayas azules. Justo lo que había pedido Mara.

—¡Qué pasada! —la ondulada se acercó a la tabla y la miró con cautela, luego abrazó a su padre—. Gracias, gracias, gracias. Te lo devolveré.

—Es tu cumpleaños, Mara. Te lo mereces. —su padre le revolvió el pelo y luego la miró con una sonrisa llena de orgullo.

—Voy a ir a la playa a estrenarla, te quiero. —la morena tomó la tabla y su mochila y fue directa a la playa con un único objetivo. Surfear con su tabla tuneada.

Caminó por el arrabal y se llevó su mano libre a la cara, maldiciendo por lo bajo en cuanto encontró a los kooks en la playa, con la música a tope y rodeados de cervezas.

—¡Tíos, pero si es Mara! —gritó llamando la atención de todos, la mencionada solo empezó a quitarse la ropa para meterse en el agua—. El gilipollas de su amigo tiene el brazo escayolado...

—Mira Topper... —la chica fue a defender a John B aunque una mano sujetó con fuerza su muñeca.

—No querrás meterte en líos el día de tu cumple, ¿verdad? —Sharon alzó las cejas.

𝐌𝐀𝐑𝐁𝐋𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 || JJ MaybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora