Tatiana Mejía
Después de nuestro mágico fin de semana en la playa, la vida continuó con su ritmo habitual, pero la chispa entre Richard y yo brillaba más que nunca. Cada día me despertaba con una sonrisa, recordando esos momentos que habíamos compartido. Richard estaba más presente que nunca, y nuestras charlas, risas y pequeños gestos diarios me llenaban de felicidad.
Una tarde, mientras me preparaba para una reunión en la oficina, recibí un mensaje de Richard. Era una simple foto de él en el entrenamiento, pero su expresión de concentración y dedicación me hizo sentir orgullosa. Era increíble verlo luchar por sus sueños, y yo quería apoyarlo en todo lo que pudiera.
En la reunión, mis pensamientos estaban lejos del trabajo. La gente hablaba sobre proyectos y metas, pero mi mente volvía a Richard, a nuestros planes a futuro y a las cosas que aún queríamos experimentar juntos. Terminé la reunión y decidí que era hora de hacer algo especial por él. Quería sorprenderlo después del entrenamiento.
Richard Rios
Ese día en el entrenamiento fue intenso. Estaba decidido a dar lo mejor de mí, especialmente con las próximas selecciones en mente. Mis compañeros y yo estábamos en una sesión de práctica exigente cuando noté que el tiempo pasaba. La mente se me iba a Tatiana, a la manera en que me miraba y cómo siempre encontraba la manera de apoyarme, incluso en los días más difíciles.
Al finalizar el entrenamiento, mis amigos me hicieron comentarios sobre mi enfoque. Sabían que había algo diferente en mí.
-¿Estás enamorado o qué? -bromeó Lucho, dándome un codazo.
-No, es que tengo que estar al nivel de Tati, ¿saben? -respondí riendo.
Al llegar a casa, me sorprendió el aroma que llenaba el aire. Tatiana estaba en la cocina, y mi corazón se llenó de alegría al verla tan concentrada.
-Hola, amor. ¿Qué estás preparando? -pregunté, dejando mis cosas a un lado.
-Una cena especial. Quiero celebrar que estás haciendo un gran trabajo en el campo, y quiero que sepas cuánto te apoyo -dijo con una sonrisa radiante.
Tatiana Mejía
Mientras cocinaba, sentía una mezcla de emoción y nervios. Richard había trabajado tan duro últimamente, y quería que supiera que siempre estaría a su lado, sin importar los desafíos. Cuando le conté sobre mi plan de la cena, su reacción fue todo lo que esperaba.
-No necesitabas hacer esto, pero te lo agradezco, Tati. Eres increíble -me dijo mientras me abrazaba por la cintura.
La cena estuvo llena de risas y charlas sobre nuestros sueños, pero sentí que había algo más que quería compartir con él. Una idea que había estado madurando en mi mente desde hace un tiempo.
-Richard, he estado pensando... -comencé, nerviosa. -¿Qué te parece si consideramos la idea de tener un perro?
Sus ojos se iluminaron, y su sonrisa se amplió.
-¿De verdad? Eso sería genial. Siempre quise tener un perro contigo. ¡Podría ser nuestro primer hijo!
La idea de tener una mascota juntos me llenaba de alegría. Quería que compartiéramos esa experiencia y que pudiéramos cuidarlo como un equipo.
Richard Rios
Esa noche, después de la cena, Tati y yo nos acomodamos en el sofá, disfrutando de una película. Mientras ella se acurrucaba contra mí, sentí que este era el momento perfecto para hablar sobre algo que me había estado rondando la cabeza.
-Tati, ¿has pensado en el futuro? -pregunté, acariciando su cabello.
Ella levantó la vista, curiosa.
-¿A qué te refieres?
-A nosotros. Al perro, a formar una familia... -hice una pausa. -¿Te gustaría que, en algún momento, tuviéramos un hogar lleno de risas y amor?
Ella sonrió, y en sus ojos vi la misma emoción que sentía.
-Claro que sí, Richard. Estoy completamente de acuerdo. Quiero construir ese futuro contigo.
En ese instante, sentí una conexión aún más fuerte. La idea de tener una familia juntos se sentía más real que nunca, y sabía que podía enfrentar cualquier desafío que se nos presentara, siempre y cuando estuviéramos juntos.
Tatiana Mejía
La semana pasó volando entre entrenamientos, trabajo y nuestras charlas sobre el futuro. Richard estaba más decidido que nunca a seguir brillando en el fútbol, mientras que yo también buscaba crecer en mi carrera. Las noches estaban llenas de conversaciones sobre nuestros sueños, y el amor que compartíamos solo se hacía más fuerte.
El viernes decidí que era hora de hacer realidad nuestra idea del perro. Busqué algunas opciones de refugios locales y, cuando encontré uno que parecía perfecto, le envié el enlace a Richard.
-¿Qué te parece si vamos a ver algunos cachorros este fin de semana? -le pregunté, ansiosa.
-Me encantaría. ¡Vamos a buscar a nuestro nuevo compañero!
Estábamos emocionados, y el fin de semana llegó rápidamente. En el refugio, nos encontramos rodeados de adorables cachorros. A medida que recorríamos los espacios, nuestros corazones se llenaban de alegría. Finalmente, encontramos a un pequeño perrito de ojos brillantes y pelaje suave que parecía perfecto para nosotros.
Richard Rios
Cuando vi a ese cachorro, supe que era el indicado. Tatiana se agachó para acariciarlo, y el perrito se acercó a ella, moviendo la cola emocionado.
-¡Mira, Richard! Es tan lindo -exclamó, y no pude evitar sonreír.
Decidimos llamarlo "Rocky", un nombre que reflejaba su energía y personalidad. Al llevarlo a casa, sentí que habíamos comenzado un nuevo capítulo en nuestra vida juntos.
Tatiana Mejía
La llegada de Rocky trajo alegría y risas a nuestro hogar. Richard se convertía en un papá perro increíble, y juntos nos turnábamos para cuidarlo y jugar con él. Cada día era una nueva aventura, y la conexión entre nosotros crecía a medida que compartíamos la responsabilidad de cuidar a nuestro nuevo amigo.
Una noche, mientras estábamos acurrucados en el sofá con Rocky entre nosotros, Richard me miró y dijo:
-Tati, no puedo imaginar mi vida sin ti y sin Rocky. Este es solo el comienzo de nuestra familia, ¿sabes?
Y en ese momento, supe que estábamos en el camino correcto, listos para enfrentar todo lo que viniera, siempre juntos, siempre apoyándonos mutuamente.
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THE BAD BOY - Richard Rios
FanfictionUn amor apasionado se enfrenta a la traición, donde cada decisión puede llevar a la reconciliación o a la ruptura.