No solamente te recuerdo en este día,
te recuerdo todos los días.
En mi nombre, en tus consejos, en las palabras de mi madre,
en las risas que se nos escapan recordándote,
en las canciones que me cantabas, en las competencias que hacíamos,
en cómo dejaste tu recuerdo vivo en mi persona, en las cosas que me heredaste de ti.Suelo pensarte a menudo; suelo ver a mamá pedirte consejo y consuelo; suelo verte acompañándome siempre. Quizás esa es tu forma de decirnos que sigues con nosotros.
En esencia, en espíritu, porque te llevamos en la sangre. Y más allá de eso, te mudaste dentro de nosotros, para que cuando nos volvamos a ver, sea más fácil encontrarnos.
Mientras te llevo aquí, tatuada en el alma, con la certeza de que siempre estás, con la esperanza de volverte a abrazar.