Cansador y presa

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Capítulo 8

El día siguiente amaneció sin cambios, con una niebla densa que parecía extenderse por toda la ciudad. La atmósfera era pesada, cargada de una tensión palpable. Taehyung no podía sacudirse la sensación de estar siendo observado, como si una sombra lo siguiera a cada paso. Decidió que era hora de actuar, y que ya no podía permitirse el lujo de dudar.

Después de revisar una vez más el cuaderno de su hermano, se dirigió a Busan. Sabía que el club mencionado en los registros estaba cerca del puerto, y cada fibra de su ser le decía que debía investigar en persona. Necesitaba respuestas, y estaba dispuesto a enfrentarse a lo que fuera.

En el camino hacia Busan…

Mientras viajaba en el tren, Taehyung revisó su teléfono, recordando las palabras del extraño en la biblioteca. A medida que se acercaba a su destino, se sintió más nervioso, pero también más decidido. Las imágenes de su hermano sonriendo y riendo lo llenaron de fuerza. Sabía que Seokjin no merecía ser olvidado, y que debía descubrir la verdad, sin importar cuán oscura fuera.

Al llegar a Busan, el aire fresco del mar lo saludó, pero la belleza del lugar se sentía distante, como si el sol estuviera oculto tras una cortina de sombras. Taehyung tomó un taxi hacia el puerto, donde se decía que se encontraba el famoso “Club”. El vehículo zigzagueó por las calles, pasando por tiendas y restaurantes, hasta que finalmente llegó a una calle poco iluminada.

La entrada del club era discreta, casi oculta. No había un letrero que anunciara su presencia, sólo una puerta de madera oscura con un pequeño timbre al lado. Taehyung sintió que su corazón latía con fuerza mientras miraba la entrada. Sabía que al cruzar esa puerta podría estar entrando en un mundo del que no podría escapar.

Dentro del club…

Al abrir la puerta, fue recibido por un ambiente envolvente, con luces tenues y música suave que apenas podía escuchar. La decoración era elegante, pero había un aire de secretismo que lo hizo sentir incómodo. Se acercó al bar, observando a la gente que conversaba animadamente, algunos con risas nerviosas y miradas furtivas.

—¿Qué quieres tomar? —preguntó el barman, con una sonrisa amigable.

Taehyung sintió que su voz se le escapaba, así que optó por un simple agua. Mientras esperaba, comenzó a observar a la multitud. La conversación era un murmullo de risas y susurros, y a su alrededor, la gente parecía disfrutar de una atmósfera de complicidad.

En un rincón, notó a un grupo de personas hablando en voz baja, sus rostros ocultos por la penumbra. Algo en su lenguaje corporal le pareció inquietante. De repente, uno de ellos se giró y sus ojos se encontraron. Taehyung sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—¿Buscas algo, amigo? —preguntó un hombre alto con una mirada intensa.

—No, sólo estoy… explorando, —respondió Taehyung, intentando mantener la calma.

El hombre sonrió, pero no era una sonrisa amigable. Taehyung se dio cuenta de que esa sonrisa no alcanzaba sus ojos. Su instinto le decía que debía salir de allí, pero sabía que no podía irse sin obtener alguna pista.

Justo en ese momento, sintió que alguien lo tocaba en el hombro. Se giró, y una joven de cabello oscuro y ojos penetrantes lo miraba con curiosidad.

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