Sin Querer Dejé De Odiarte [NICK & CHARLIE]

Capítulo 10

Nick

Después de mucho tiempo, lo vuelvo a tener frente a mi, tiene un aspecto diferente, su cabello recortado por lados y sus rulos más cortos pero hermosos como lo he recordado, sus hoyuelos, su dulce voz que suena como el canto de los angeles.

«Mas hermoso que la vez anterior, sus ojos son mi perdición.»

― ¿Puedes dejar de mirarme como un bicho raro?

Y sí, hostil y amargado como siempre.

― ¿Miras a un bicho raro con esos ojos tan brillantes? Eres extraño.

Puedo mirar ese rostro angelical cada segundo de mi vida si pudiera, como me sonríe, una sonrisa mezclada con ternura y picardía, suelto su muñeca y solo me dedico a tomarle de la mano pero veo a varios reporteros empezar a mirar hacia donde estamos.

Un escándalo más y papá me corta la cabeza. ― ¿Quieres ir a un lugar más privado? No puedo dejar que me tomen otra foto.

― Si, yo tampoco puedo dejar que lo hagan, eh, creo que el salón del pasillo al final está vacío.

― Entonces, vamos ahí y no nos molestan.

Muerdo mi labio cuando el se acerca a dejar un pequeño beso cerca de mis labios, unos labios que he querido probar desde hace mucho tiempo, he soñado con besarlo cada noche, la confusion de mi sexualidad me sigue atormentando.

Tomé su mano y lo saqué de ahí, caminando directo hacia ese salón, giro la perilla pero está cerrado, intento en el salón de al lado y con suerte está libre.

― ¿Ella viene contigo?.― señalé a la rubia armada detrás de él.

― Por órdenes de mi padre para que no haga una estupidez, déjame arreglar esto.

― No quisiera que estuviera presente si algo pasa ahí dentro.

― Rollins, podrías, no lo sé, dar una vuelta y venir en unos ¿quince minutos?.― Charlie trata de convencerla pero no da un brazo a torcer.

― Estaré aquí afuera, vayan.

― ¿Que carajos hiciste para que ahora te pongan niñera?.

― Como si no supieras, lo habrás leído en algún periódico.

― ¿Lo del golpe al reportero? ¿Por eso te han puesto seguridad? Tu padre está más lunático que el mío.

Cuando cierro la puerta detrás de mi, siento su cuerpo impactar contra el mio, sus brazos rodear mi cuello, un abrazo que nunca imaginé que necesitaba, que podía querer con todas las fuerzas de mi alma.

Los míos rodearon su delgada silueta, inhalo su aroma, lo suave de su piel rozando mi nariz, provoca cosquilleos en el resto de su cuerpo.

― ¿Me has extrañado tanto así?.― su suave voz suena tan pacífica, cerca de mi oído.

― Ni yo mismo puedo entenderlo, pero sí, te he extrañado, ¿Tu a mi no?.

― Cada segundo desde que te fuiste, ¿Por qué no avisaste?.

― Reuniones con papá y mi hermano, después del último escándalo que hice en la cena con el ministro, no quiere que acuda a ningún club.

Refunfuña separándose de mi y tomando asiento en el escritorio. ― ¿Sigues siendo egocéntrico como en el colegio?.

― Depende, ¿Tú sigues siendo un arrogante y respondón cómo siempre?.

― Solo un poquito, nada que no puedas manejar.