Eres mi venganza y mi perdición

Regreso

Anabela

Comienzo a despierta, empiezo abrir mis ojos. Siento un brazo en mi estómago que toca mi vientre.

Escucho la respiración relajada de Vladímir; me muevo lentamente para verlo a la cara.

Logro moverme sin despertarlo; veo su hermoso rostro; es tan hermoso.

Mi mirada baja a su pecho; tiene algo de vello en él.

Pongo mi mano en su pecho; lo acaricio despacio y suavemente.

Comienzo a bajar mi mano lentamente; llego a su abdomen.

Siento su abdomen bien marcado, se siente tan bien.Sigo bajando mi mano. Comienzo a sentir el vello de su parte.

Agarro su parte con mi mano; empiezo a acariciarla.

En mi mente llegan los recuerdos de las dos veces que he estado con él.

Comienzo a sentir en mi mano como su amiguito empieza a despertar.

—Te gusta lo que estás tocando —es la voz de Vladímir.

Retiro mi mano de inmediato de su parte y veo que abre los ojos.

Siento como mi cara se empieza a poner caliente.

—¿Desde qué momento estás despierto?

—Desde que te empezaste a mover —me dice.

—¿Y por qué fingiste estar dormido? —Le pregunto.

—Porque quería ver que estabas haciendo —me dice.

—Qué vergüenza —le digo y con ambas manos me tapo la cara.

—No debes de avergonzarte, yo soy completamente tuyo; puedes tocarme donde quieras y puedes hacerme tuyo cuando quieras y cómo quieras —añade con cariño.

Me toma de la cintura y me pega más a él. Siento tu amiguito.

Los dos nos quedamos mirando a los ojos. Me encantan sus lindos ojos verdes.

—¿Quieres que vayas conmigo a Rusia? —curioseó.

—Claro que sí —aceptó.

—Qué bueno, quiero que conozcas a mi familia antes de la boda —me dice.

—¿Dónde estaría bien hacer la boda? —Le pregunté.

—No lo sé donde tú quieras.

—Bueno, después decidiremos la fecha. Por el momento me voy a levantar; tengo hambre —le digo.

Me doy la vuelta dándole la espalda y siento como me paga a él.

Siento como pega su amiguito en mi trasero varias veces.

Me comienza a tocar los pechos; siento como pega su amiguito a mi parte.

—¿Cuánto tiempo tenías que no estabas con una mujer? —le preguntó entre jadeos.

—Hace bastante tiempo. Solo porque estás embarazada, si no te hacía mía varias veces —declara.

—Y si yo también quiero eso —le digo.

Escucho su respiración en mi oído; está algo agitada.

—No me tientes, ten paciencia y lo sabrás. Por el momento nuestro hijo tiene hambre —me dice en tono juguetón.

Se separa de mí y siento como se levanta de la cama.Se acerca hasta mí; está completamente desnudo.

"Nunca me cansaré de verlo así".