Jisung nunca planeó quedar embarazado y mucho menos del jefe de la mafia más peligrosa del país Lee Minho. Ahora atrapado en un mundo de sombras y violencia Jisung no solo debe protegerse a sí mismo sino también al los bebés que lleva dentro. Mientr...
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Una nueva mañana había llegado y Jisung se despertó lentamente, sorprendiéndose al ver a Minho aún dormido a su lado. Era algo inusual ya que cada vez que él abría los ojos, su Enigma ya estaba a punto de irse o le dejaba una pequeña nota en la mesa deseándole un buen día.
Verlo descansando en la amplia cama despertó en Jisung un deseo inmenso de refugiarse en sus brazos. Sin pensarlo su Omega lo llevó a deslizarse entre los brazos de Minho, buscando el calor que irradiaba de su cuerpo. Que Minho durmiera sin camisa era algo que adoraba ya que podía acurrucarse en su pecho sintiendo el calor que lo envolvía como un abrazo silencioso pero reconfortante.
Inhaló profundamente dejando que las feromonas de cedro y roble lo transportaran a un bosque tranquilo, lleno de paz. En ese momento sintió cómo Minho comenzaba a llenar su rostro de pequeños besos, haciendo que su corazón se acelerara.
— Buenos días — murmuró Minho suavemente mientras sus labios seguían dejando suaves caricias en la piel de Jisung.
— Buen día — respondió antes de atraer a Minho para un beso en los labios, dulce y lleno de ternura.
Los minutos pasaron entre caricias y pequeños gestos, como si el tiempo no importara. Finalmente Jisung decidió preguntar:
— Pensé que hoy ibas a trabajar.
Minho lo miró con una sonrisa tranquila.
— Decidí quedarme este día contigo. Cada día los pequeños crecen más y pensé que deberíamos tener un día solo para nosotros. Un día a la semana en el que tú decides qué hacer, sin ninguna interrupción — dijo Minho con un tono suave pero decidido.
El corazón de Jisung latía más rápido con cada palabra. Nunca le pediría a Minho que dejara de lado su trabajo, pero saber que lo había hecho para pasar tiempo con él hacía que lo amara aún más.
—¿Estás seguro de que no te atrasarás con el trabajo? — preguntó Jisung preocupado.
Minho sonrió acariciando suavemente su mejilla.
— No te preocupes por eso. Hoy solo disfrutemos de nuestro día juntos.
Desayunar con Minho era algo que Jisung adoraba. Le encantaba cómo siempre le prestaba atención a cualquier cosa que dijera, incluso cuando hablaba de cosas simples, como una serie que había visto o algún chisme de los guardias. Minho siempre lo escuchaba con interés genuino, haciéndolo sentir valorado.
Después de un rato Minho rompió el silencio con algo inesperado.
— Estaba pensando en que podríamos visitar a tus padres este fin de semana. Creo que es hora de contarles la verdad — dijo con calma.
— Tienes razón — sonrió Jisung — Hablaré con ellos para que nos esperen.
