Trouble maker (Busca pleitos)

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Cuando te miro a los ojos, soy un busca pleitos

Cuando estoy a tu lado, soy un busca pleitos

Poco a poco... más, más, más

La quijada del rubio estaba hecha un desastre; en cambio Craig, llevaba un ojo morado. Habían pasado ya cerca de tres horas, y los moretones comenzaban a verse sobre la piel blanca del azabache. Por alguna razón, a Kenny no le molestaba sentir las arcadas en su estómago. Ambos chicos se miraron por un largo segundo; después las risas irrumpieron en el cuarto de McCormick.

¿Por qué razón el par de muchachos estaban cubiertos de lesiones? De la cabeza a los pies había montones de golpes que no alcanzarían a contar, tanto en Kenneth como en Tucker. La razón era tan simple como cualquier cliché: una mujer.

Nadie hubiese creído que Craig partiera en llanto, mucho menos por una chica; pero así fue y este colmaba sus penas tras una mesa en un salón de stripers –como consejo de Kenny-.
"Olvidar a una mujer buscando otras más"
La cosa era que, su llanto había sido mero impulso de ira, y como buen amigo que era el rubio, asistió a Craig en un momento tan mierda.

La cosa duró apenas un par de horas, cuando ambos comenzaron a beber un poco. Kenny se había propasado con una de las nudistas y por supuesto los guardias acudieron de inmediato. El azabache forcejeó también, en ayuda de su amigo. Cuatro hombres altos y bien fornidos contra dos preparatorianos. ¡Con un carajo que si les habían partido toda la cara! Lo peor, es que McCormick seguía teniendo ese aire seductor, incluso las heridas lo hacían ver aún más atractivo.
¿Craig atraído por su amigo? La respuesta: sí. La razón por la que había estado llorando había sido otra. Que poco le importaba lo que Milly le había hecho. Se había dado cuenta muy tarde, de lo mucho que le gustaba el de ojos celestes.

Cada vez... incluso más, más, más

Ahora no puedo controlar a mi propio corazón

Continuaré estando frente a ti, así no podrás olvidarme

Se comportaba indiferente con todo mundo, desde el inicio de sus tiempos. Actuaba como todo un busca pleitos frente a Kenny, como si acabase de nacer en ese instante. Nunca lo comprendió, esa camaradería que compartían.

Tal vez Tucker se estaba pasando de la raya en ese momento; no midió sus actos. Tampoco le importó el instante en el que de un tirón le quitó el gorro al menor.
Esa cabellera rebelde... Anhelaba enredar sus dedos ahí, beber de los labios rotos, y dejar marcas rojizas, distintas a las purpura que adornaban la nívea piel.

La risa que soltó el rubio descolocó a Craig, quien frunció el entrecejo y lo observó con completa ira. ¿De qué se reía? A veces no comprendía la actitud que tomaba el otro y eso precisamente, era lo que enloquecía a Tucker.

—¿Qué, quieres vomitar?

—Cierra la boca —bramó. Sus labios se acercaron a los ajenos, pero no pasó de ello —. Apestas a licor.

—Entonces quítate de encima —susurró, pero Craig no dio a retroceder, en cambio se acercó solo un poco más.

Lo que el azabache nunca esperó, es que Kenneth lamiera la comisura de sus labios, justo donde una pequeña llaga se pronunciaba. El mayor hizo una mueca, dolió... ¿Qué carajo? Le había excitado. Arremetió a besarlo, le había dado el pase que necesitaba. Le robaría el aliento.

Continuaré agitando tu corazón, así no podrás huir de mí

Robaré tus labios, y escaparé lejos

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2015 ⏰

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