Uno para el otro

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El metal chocando era lo único que escuchaba, su mente divagaba en lo que había visto hace unos momentos.

—Me rindo. —la voz de su hermano se escuchó lejana pero clara, paro de inmediato el combate alejándose de el—. ¿Que te pasa? ¿Estas bien? —lo observó sin entender.

—¿Por que no lo estaría? —ambos se observaron unos momentos, Aemond extendió su brazo mostrando la fea cortada que él le había provocado.

—Algo te pasa. —negó.

—Estoy bien. —Aemond suspiro.

—Es mejor que lo estés, Jace viene hacia acá y tú estás bastante distraído.

Dirigió la visita hacia donde su hermano veía y si su sobrino se acercaba charlando animadamente con Lucerys, el enojo volvió con más fuerza.

—Hablamos después. —sin esperar respuesta salió de ahí sin darle una segunda mirada a Jace, escucho su nombre ser pronunciado a lo lejos pero no pudo importarle menos siguió sin voltear.

A mitad de camino fue interceptado por Ser Criston quien le informo que su madre quería verlo imaginaba para que, eso era lo último que le faltaba los reclamos de esta por no comportarse como un digno heredero alegando que si seguía así su padre nunca lo tomaría en cuenta.

—Majestad. —saludo reverenciándola.

—¿Donde estabas? —se sentó preparándose para los regaños.

—Entrenando con Aemond. —la mueca de su madre no paso desapercibida.

—Ya le dije a tu hermano que eso no es propio de un omega, menos uno comprometido.

—¿En serio sigues con la idea de casarlo con Jason Lannister? —ella fijo su mirada en el.

—Claro que si. —dijo segura—. Ellos quieren algo por lo que pelear por tu reclamo ¿Que mejor que un compromiso con un príncipe?

—¿Le has preguntado si quiera que quiere el? —el rostro de su madre se arrugó.

—Eso no importa. —lo vio seria—. Tú también tienes que casarte. —se acomodo en su silla—. Por eso te e mandado llamar Borros Baratheon también quiere un compromiso para apoyarnos. —imagino lo que diria—. Te casaras con una de sus hijas.
—asintio aceptando.

—¿Algo más? —ella negó— entonces me voy tengo cosas que hacer.

Salió de ahí con prisa ¿Que más daba si aceptaba el compromiso? No había razón para no hacerlo, la única que tenía la perdió esa mañana, esa misma mañana cuando vio a Jace besarse con el insulso de Óscar Tully. Tan solo de recordarlo su sangre hervía. ¿Cómo había sido tan estúpido? ? De verdad había creído que Jace aceptaría huir con el? ¿Renunciar a su puesto de heredero? ¿Por el? Una risa amarga resonó en el pasillo vacío, había sido un completo imbécil al pensar que si, todas sus esperanzas de fueron a la mierda cuando los observó, lo que más dolió fue ver a su Jace tan dispuesto dejando que ese maldito alfa que ni siquiera le llegaba a los hombros acariciara su cintura y reclamará sus labios con tal pasión una que ni a él le había permitido usar.

Los recuerdos de los pequeños besos que habían compartido escondidos en los jardines o en la biblioteca llegaron a su memoria, estúpido estúpido estúpido eso es lo que había sido en creer en las palabras de Jace, esas donde le juraba que podrían ser felices esas donde le prometía que lo libraría de las constantes exigencias de su madre por reclamar el trono.

Quizá su olor amargo lo delataba, el guardia solo se hizo a un lado dejándolo pasar, abrió la puerta de un golpe exigiéndole que nadie lo molestará, este solo asintió.

Uno Para El Otro | Jacegon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora