El cisne negro y el rey blanco

Una declaración de Guerra (Prologo)

En la casa de los Charmings, donde nunca faltaba la alegría o una buena conversación, ahora solo se podía sentir el silencio, un silencio que delataba las batallas mentales que cada uno de los presentes estaba librando en sus cabezas, contra ellos mismos. David estaba sentado en el mesón de la cocina, junto con Mary Margaret, los dos mirando en direcciones opuestas, sin tocarse, con los ojos apagados; Regina estaba junto a Henry, sobando su espalda, intentando consolarlo y animándolo varias veces a que se fuera adormir, pero el muchacho no respondía; Robin Hood se había ido a su campamento para acostar a Roland; Killian estaba de pie junto a la ventana, mirando la tormenta que se desarrollaba en el exterior.

La daga del Oscuro descansaba sobre el mesón, cerca de Mary Margaret, envuelta en la bufanda de Robin Hood, como sabían tan poco sobre el curioso artefacto, no se atrevían a manipularlo sin la mas alta precaución. 

Solo el sonido del minutero del reloj, anunciando  la media noche, pudo despertarlos de aquel deprimente insomnio.

Y entonces, como siempre ocurre, las palabras fueron brotando, pero mas como si se hablaran a sí mismos...

-Lo hizo, ella...-Mary Margaret apenas podía hablar, mientras las lagrimas empezaron a asomar por sus ojos -ella fue la gran héroe del día -una sonrisa triste apareció en su rostro, poco antes de esconder la cara en el hombro de su esposo, quien la abrazo.

-Siempre lo hará, ella es la salvadora -dijo Henry, poniéndose de pie y acercándose a la mesa -¿porque invocarla no ha funcionado? -el chico dirigió sus ojos hacia Killian, que salio de su trance solo unos segundos para dedicarle una mirada triste al muchacho.

Killian lo había intentado, había tomado la daga pocos segundos después de que Emma desapareciera frente a sus ojos, Robin Hood había intentado detenerlo, pero él lo había apartado sin demoras, y tras tomar la daga y pronunciar "Oscuro, te ordeno regresar", varias veces, sin obtener ningún resultado, había tenido que desistir.

-El hecho de que la daga no funcione-repitió Regina, como ya le había dicho a Hook para hacerlo soltar la daga -solo puede significar una cosa: Emma ya no esta en este mundo, la daga solo puede "invocar al Oscuro desde cualquier rincón del mundo", por definición, el encantamiento no traspasa las fronteras entre mundos, solo se aplica si el Oscuro esta en el mismo "mundo" que tu.

-Pero...¿eso significa...? -pregunto Mary Margaret

-Que puede estar en cualquier otro mundo, cualquier otro reino...Oz, El Bosque Encantado, el País de las Maravillas, un mundo Alternativo, el país de los unicornios felices, ve tu a saber -concluyo con un tono un tanto desesperado en sus sarcásticas palabras. Dentro de Regina estaba creciendo un sentimiento que nunca antes había conocido, y a ella misma le costaba descifrar que era, sea lo que sea, no le gustaba, porque parecía estar relacionado con la culpa, pero sin llegar a serlo.

-Dondequiera que este, la vamos a encontrar -declaro David, quien tenia los ojos enrojecidos, y en ellos se veía una chispa que podría encender todo el pueblo -Es nuestra bebe -miro a su esposa, quien poco a poco empezaba a tener la misma mirada esperanzada -es nuestra heroína, ya una maldición trato de apartarla de nosotros una vez, y aun así ella nos encontró, ahora nos toca a nosotros

El príncipe dirigió sus ojos a Regina y Henry, su nieto sonrió, pero Regina mantuvo una mirada a

-La encontraremos -repitió Charming

-Por supuesto que la encontraremos -declaro el pirata -una vez le prometí a Emma que vería lo mejor en ella, como ella hacia conmigo -se volvió hacia el príncipe -y no planeo romper esa promesa, voy a encontrarla, y luego me asegurare de que Merlín saque esa oscuridad de ella.

-Encontrarlo ya sera bastante complicado, quizá convencerlo de ayudar sea aun mas complicado, recuerda que el creó al Oscuro, quizá se resista a su solución fácil para apresar la oscuridad

-¿Y que harás tu si se "resiste"?

-Usare los métodos que sean necesarios para convencerlo -dijo David, sin el menor atisbo de duda en su mirada

-Bien -dijo Hook, volviendo a mirar la ventana -pero usa la espada después de que yo hable con él, ese mago me debe un favor

-¿Conoces a Merlín?-pregunto el príncipe, con cara de desconcierto

-Así es, y algo me dice que escuchara lo que le tengo que decir

-Pero...¿cuando fue la ultima vez que lo viste? 

El pirata volvió a enfocar su mirada en la ventana, afuera seguía cayendo una lluvia abrasadora. Pero nada seria tan tormentoso como aquella noche, la noche en que él y su hermano habían conocido a aquel poderoso hechicero, una en la que solo el agua fría y persistente era capaz de limpiar del suelo las gotas de sangre que caían del cuerpo de Killian, mientras Liam lo cargaba dando tropiezos y resbalando para llegar hasta aquella vieja choza...

-Cuando yo tenia 13 años -declaro el pirata, sintiendo escocer en su estomago la cicatriz que le había quedado como recuerdo de aquella noche.

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Suena, suena la campana de guerra

La sangre corre como lluvia

Y el dragón blanco vendrá, para alzarse con la victoria

Sobre el dragón rojo, su eterno enemigo, aunque ambos morirán en batalla

Y en la luna, emblanquecida, canta un cisne negro