La llovizna en mi cabeza es amante del insomnio
Viene a seducirlo con gotas saladas en un traje de noche para que no duerma solo
Una corona de nubes
Una gota cayendo
Pensamiento intrusivo
de evitar dormir para no tener que despertar
¿Para qué soñar?
Cae otra gota en mi pecho, sigue lloviendo aquí adentro—Donde viven las musas.
Fiorella;
Daba vueltas en la cama cada tanto. No lograba dormir ni contando ovejas, solo quería descifrar lo indescifrable y así me rompía la cabeza.
Era yo, tuve el pensamiento reposando en mi mente, solo eso, era yo y ella sabía, ¿cómo sabía? No lo sé, pero quería saberlo y si el saberlo implicaba romper con el miedo a que me tomen por loca, lo haría. O tal vez solo fue una coincidencia, existen las coincidencias, a veces son muy raras y pareciera que el universo solo las pone en nuestro camino dejándonos saber que todo está acomodado y predestinado por él.
El ramo de rosas descansaba junto a mi, tomé la nota de Ayrton que al parecer fue escrita por él, y la desdoblé.
Cuando te entreguen esto yo ya me habré ido a cumplir con el calendario, pero ten por seguro que volveré. Ni siquiera me he ido y ya ansío volver para estar contigo, y eso que estoy justo a tu lado escribiendo esto mientras duermes.
Sé que tu solo esperas encontrar la forma de irte y es un poco egoísta de mi parte hacerte permanecer a mi lado, así que si así lo decides, así será. No sé como, ni siquiera sabía que esto era posible, pero para tu año seguramente los viajes en el tiempo ya son posibles.
A veces siento que eres todo lo que quise pero en otra linea de tiempo y que Dios te mandó aquí para cumplirme el capricho de conocer el amor verdadero. En fin, no quiero extenderme, solo quería que sepas que siento mucho por ti y que estaré extrañándote diario.
-Ayrton.
Estará muy contento de saber que conseguí volver.
Me armé de valor y salí una vez más al recibidor. Giulia conversaba contenta con un compañero de trabajo mientras yo me acercaba. Una vez frente a ella, sus ojos se posaron en mi, me dedicó una cálida sonrisa y le dijo a su compañero que le diera un momento. El chico asintió saliendo de nuestro campo visual dejándome sola con Giulia, quien me miraba esperando a que las palabras salieran de mi boca.
—"El tiempo funciona raro aquí"— Dije, su sonrisa volvió con ternura a su rostro.—¿A qué te referías?
—Tú lo sabes, ¿porqué me lo preguntas a mi?—Respondió.
—¿Cómo sabes?—Me atreví a preguntar.
—Confías muy poco en tu intuición, ve a tu centro y alinea tus pensamientos con tu corazón.—Decía poco y nada, me dejaba en blanco, me empezaba a frustrar.
—¿Cómo funciona el tiempo aquí?—Pregunté.
—Vas a ir a donde sea que tu corazón le indique al portal.—Respondió.
—¿Y cómo es que llegué aquí?—Me atreví a preguntar. Después tendría tiempo para descifrar sus mensajes ocultos y misteriosos.
—Tal vez había un deseo muy en el fondo de tu corazón.—Contestó a mi pregunta.—Algo que siempre quisiste saber o algo pendiente.
—¿La estatua me trajo aquí?—Pregunté una vez más.
—Si y no, señorita. No cualquiera puede atravesar el portal, solo las almas que en el pasado dejaron algo pendiente. Algo la mantiene atada aquí. Y la luz de luna al verse reflejada en sus pupilas actuó.—Contestó.
—¿Y qué me mantiene atada?—Pregunté.
—Eso es algo que usted tiene que descubrir.—Quería golpear mi cabeza contra la pared. Solo buscaba respuestas y encontraba respuestas, pero vacías, no me llevaban a ningún lado.
—¿Entonces puedo regresar aquí las veces que quiera?—Asintió.—¿Y el tiempo?
—El portal la llevará a donde tenga que ir. El tiempo en el nuevo Imola no cambiará a menos que alguien de ese mundo se mantenga a su lado mientras viaja. De lo contrario el tiempo no pasará allá mientras usted esté aquí.
—¿El tiempo cambia aquí?—Pregunté.
—Solo si la situación lo requiere. Eso si, jamás va hacía atrás.—Mi mente empezaba a aclararse poco a poco.—Piense en qué momento se quedó usted al estar aquí por última vez, y a ese momento volverá. De lo contrario, el tiempo pasará como de costumbre y cuando vuelva habrán cosas distintas.—Asentí haciendo notas mentales de todo lo que Giulia me decía, era mucha información para una chica desvelada y cansada que experimentaba por primera vez los viajes en el tiempo.
—¿Cómo sabes todo esto?—Pregunté, una llamada por el teléfono fijo hizo que mi pregunta fuese nula y Giulia me dejara de lado de inmediato.
—Una disculpa.—Me dijo atendiendo la llamada y asentí despidiéndome y volviendo a mi habitación con suficientes cosas que procesar.
Quería que Ayrton esté aquí y abrazarlo mientras intento desenredar el lío en mi cabeza.
Después de un rato me acosté de nuevo en la cama, tomando la nota que dejó en las rosas.
A veces siento que eres todo lo que quise pero en otra linea de tiempo y que Dios te mandó aquí para cumplirme el capricho de conocer el amor verdadero.
Yo también lo sentía, me quemaba por dentro el no poder contarle de él a nadie, porque para mi gente, este mundo había existido hacía treinta años atrás.
Bastó un ciclo lunar para que Ayrton me conquistara y se llevara con él un poco de mi.
—
No se en qué momento el universo iluminó mi mente para poder escribir la carta que le da Ayrton a Fiore pero la amo.