"Después de morir en su mundo anterior, Pyrion renace en el fascinante mundo de Danmachi con una nueva identidad y una segunda oportunidad. Ahora como un talentoso herrero y orgulloso miembro de la familia Hephaistos, Pyrion se embarca en una aventu...
Ubicada cerca de la torre de Babel se situa la imponente residencia de la familia Hephaistos.
En ella los ecos resonantes de martillos chocando contra el metal llenan el aire, creando una sinfonía constante que se extiende por los pasillos de piedra y acero.
Rodeada de numerosos talleres, la residencia es un laberinto de forjas ardientes y hornos rugientes, iluminados por las brasas y el fulgor anaranjado de los fuegos que nunca se apagan.
Enanos, Humanos, Semihumanos y Pallums numerosas razas residen en este lugar, unidos por un amor inquebrantable por el hierro y el acero.
En las profundidades de la residencia Hephaistos se levanta un taller imponente, mucho más amplio y majestuoso que el resto. Tallado en piedra fina, una enorme chimenea sobresale desde el techo, dejando escapar un denso humo oscuro que impregna el aire con el aroma del metal y el carbón.
*PHAM*
*PHAM*
Dentro del gran taller los profundos golpes de un martillo contra metal resuenan con un ruido ensordersedor.
Cerca del enorme horno un joven alto de unos 1.90 metros (6'3 pies) golpeaba con una enorme maza un fino estoque.
Cada impacto hacía vibrar el metal, que brillaba intensamente al rojo vivo bajo la luz del fuego, mientras chispas saltaban en todas direcciones, iluminando fugazmente su rostro enfocado y decidido.
Unos profundos ojos de color plata miran atentamente el estoque, su cabello negro y desordenado esta firmemente amarrado en una cola de caballo.
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(Algo así, sin embargo es mas robusto y su cabello no es tan largo)
"Fiuhhh, parece estar terminado..." Con un profundo suspiro pronto el sonido del martillo ceso en el enorme taller.
Con un mirada satisfecha el joven miro con gran gusto el hermoso estoque que sostenia en sus manos.
"Un arma hermosa..." Con una sonrisa orgullosa, el joven admiró la forma elegante y el equilibrio perfecto del acero, sintiendo que cada curva y filo reflejaba su dedicación. Sin embargo, pronto sus pensamientos se tornaron en preocupación. "Solo espero que esa mocosa no lo rompa otra vez."
Quitando su mirada del arma, el hombre camino hacia el estante que sostenia varias armas de diferentes tipos.
El fuego remante del horno iluminaba el fuerte cuerpo del joven, robusto y poderoso, cubierto por grandes y esbeltos musculos, un cuerpo digno de cualquier Dios griego.
Pequeñas y largas cicatrizes cubrian parte de sus brazos y su abdomen, dejando claro que fue un cuerpo que se construyo peleando.
