𝐮𝐧𝐭𝐢𝐭𝐥𝐞𝐝 ➵ j.potter

CAPÍTULO XIII (PT.2)

CAPÍTULO XIII
SEGUNDA PARTE: Tenebrae et lux se invicem sequuntur
"La oscuridad y luz se siguen la una a la otra"

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TW: Homofobia interiorizada, mucha culpa, adolescente angsty, descripción breve al final de trauma infantil, descripción implica de violencia y heridas. Leer nota al final!

Jueves 25 de Septiembre, 1975

       Entonces... Por el resto del día Daphne no se veía, um, ¿del todo mal humorada? Pero Remus no podía confiar en la estabilidad de los humores de la rubia, porque la conocía. Un día Daphne quería tenerlo solo para él, y luego su presencia la irritaba. Un día lo era todo, y al otro, era nada.

      Lo habían discutido en la biblioteca, y luego, el desastroso intento en el Ala del Hospital, donde Daphne confirmó sus sospechas. Ella no cambiaría, era su forma de ser.

      Y Remus lo entendía, porque él siempre lo entendía. Daphne, en una forma extraña, le recordaba a Sirius. Un día lo quería todo, y al otro, era nada. Y estaba bien, Remus estaba acostumbrado a ser nada. Estaba más acostumbrado a lo que ocurría al día siguiente, cuando la otra persona olvidaba la noche anterior. Y no era sólo Sirius y Daphne, Remus era fácil de olvidar para todos. Y estaba bien, porque eso era parte de su culpa, él lo reforzaba. Estaba bien, tal vez él siempre vería a Daphne como una hermana menor irritante, pero él nunca sería algo en la vida de Daphne. Era sólo su amigo por conveniencia, por eso a veces era cercana, y a veces, parecía odiarlo.

       Por eso Sirius lo había besado, y luego actuado como eso nunca hubiese ocurrido en primer lugar.

        Sirius conocía a Remus. Siempre lo había hecho, al menos desde que habían iniciado sus estudios en Hogwarts. Sirius tenía una habilidad de leer a las personas fácilmente, como si hubiera sido entrenado para ello. Probablemente lo había sido. Sirius fue el primero en sospechar, había sido tan obvio. Tenía bastante conocimiento sobre criaturas oscuras, sobre las artes oscuras, y sobre todo lo Oscuro en general. Fue el primero en tener las agallas para admitirlo, decirle en el rostro que era un hombre lobo. Y fue el primero en golpearlo cuando Remus, asustado, quiso alejarse de ellos y decirles que estaban dementes. Fue el primero en aceptarlo audiblemente. Fue la primera persona que Remus escuchó decir que no importaba, que eso no lo hacía un monstruo. Remus difería contundentemente, pero eso no hacía que escucharlo fuera menos placentero.

       Sirius lo conocía, por eso cuando lo ignoró después del beso, y luego fingió que nunca había ocurrido, Remus entendía que era por el hecho de que lo conocía. ¿Por qué Sirius Black entre todas las personas querría besarlo a él? Seguramente quería sentirse aún más rebelde contra sus padres, ¿un hombre? Um, asqueroso. ¿Un hombre lobo? Doble asqueroso.

      Sirius Black había confirmado sus sospechas, y Daphne también. Remus no era atractivo y nadie jamás nunca querría salir con él, y también era pésimo amigo, y no valía la pena. Entonces, Remus se preguntaba: um, ¿por qué debería importarme lo que ellos opinen de mí? El primogénito de los Black, quien férvidamente deseaba la validación de sus padres y se escondía bajo la máscara de "los odio" como todo adolescente, y la hija de Romulus Nott, quien cuando veía a Remus a los ojos, parecía buscar otra mirada, parecía buscar a alguien más.

      ¿No era divertido? Romulus y Remus. Dos monstruos en la vida de Daphne. Un día Romulus era el padre que Daphne deseaba que aún estuviera en su vida, y al otro, era la escoria que había intentado matar a su madre. Un día Remus era la primera persona que había ignorado los rumores sobre ella y había ofrecido su lealtad como un gran Gryffindor de primer año, y al otro, era el idiota con el que había amistado porque no había podido conseguir nada mejor, y que actuaba igual de agresivo como el imbécil que estaba tras rejas en una torre en el medio del océano. Y escucha esto, ¿se llamaba literalmente como el hermano del mito de donde provenía el nombre de su padre? Um, okay. El destino se sentía algo gracioso cuando había cruzado sus caminos, tal vez.